Herbert, Zbigniew

 

Herbert, Zbigniew (Polonia 1924-1998)

Reseña biográfica

Poeta, ensayista y dramaturgo polaco nacido en Lwow en 1924.

Fue uno de los poetas más importantes de la literatura polaca del siglo XX. Estudió Derecho, Filosofía y Economía en las Universidades de Varsovia y Cracovia y se convirtió en el líder espiritual del movimiento anticomunista en Polonia. La constante lucha por la libertad de su pueblo hizo que el régimen prohibiera en principio la publicación de sus obras, logrando que en 1956 saliera a la luz pública su primer trabajo poético “Cadena de luz”, seguido entre otros por

“El estudio del objeto” en 1961, “Inscripción” en 1969, “Mr. Cogito” en 1974, “Informe de una ciudad sitiada” en 1990, “89 versos” en 1997 y “Epílogo de la tempestad” en 1998.

Viajó por varios países residiendo por algún tiempo en Francia y Estados Unidos donde fue profesor de literatura en California.

Recibió valiosos premios internacionales. Su obra ha sido traducida a numerosos idiomas.

Falleció en Varsovia en julio de 1998.

De la traducción poética

Como un abejorro zompón

que se posó sobre la flor

hasta que se encorvó el flexible tallo

y ahora se abre paso entre filas de pétalos

parecidos a hojas de diccionario

y se dirige hacia el centro

donde están el aroma y el dulzor

y aunque pescó un catarro

y ha perdido el sabor

aún persiste

hasta que su cabeza golpea

contra el pistilo amarillo

y aquí ya el fin

difícil es penetrar

por los cálices de las flores

hasta la raíz

así el abejorro se aleja

muy ufano

y zumbando con vigor:

dentro me metí

y a quienes

no acaban de creerle

su nariz enseña

amarilla de polen

1957

De “Informe sobre la ciudad sitiada”.

Traducción de Xaverio Ballester

Madrid, Ediciones Hiperión, 1993. 2.ª edición, 2008

 

 

Don Cógito lee el periódico

En primera página

la noticia de la matanza de 120 soldados

la guerra ya duraba mucho

uno puede acostumbrarse

justo al lado información

de un crimen espectacular

con el retrato del asesino

la mirada de Don Cógito

salta indiferente

la hecatombe de los soldados

para sumergirse con deleite

en la descripción del espanto cotidiano

un agricultor de unos treinta años

en una depresión nerviosa

mató a su mujer

y a sus dos pequeñuelos

con precisión se describen

la ejecución del crimen

la posición de los cuerpos

y otros detalles

a los 120 caídos

inútil es buscar en un mapa

la excesiva lejanía

los oculta como una jungla

no estimulan la imaginación

son demasiados

la cifra cero al final

los transforma en una abstracción

un tema para meditar:

la aritmética de la compasión

1974

De “Informe sobre la ciudad sitiada”.

Traducción de Xaverio Ballester

Madrid, Ediciones Hiperión, 1993. 2.ª edición, 2008

 

 

Don Cogito sobre la postura erguida

1

En Útica

los ciudadanos

no quieren defenderse

en la ciudad estalló la epidemia

del instinto de conservación

el templo de la libertad

se trocó en rastro

el senado delibera

cómo no ser senado

los ciudadanos

no quieren defenderse

asisten a acelerados cursillos

de genuflexión

pasivos esperan al enemigo

escriben aduladores discursos

entierran el oro

cosen nuevos estandartes

inocentemente blancos

enseñan a los niños a mentir

abrieron las puertas

por las que ahora penetra

una columna de arena

por lo demás como de costumbre

comercio y copulación

2

Don Cógito

querría estar

a la altura de las circunstancias

esto es

mirar al destino

directamente a los ojos

como Catón el Joven

mirad en las Vidas

no tiene sin embargo

espada

ni ocasión

para enviar a su familia a ultramar

espera pues como los demás

pasea por la insomne habitación

contra los consejos de los estoicos

querría tener el cuerpo de diamante

y alas

mira por la ventana

cómo el sol de la República

se aproxima al ocaso

le quedó poco

en realidad sólo

la elección de la postura

en la que desea morir

la elección del gesto

la elección de la última palabra

por esto no se tiende

en el lecho

para evitar

ser estrangulado mientras sueña

querría hasta el final

estar a la altura de las circunstancias

el destino le mira a los ojos

en el lugar donde estaba

su cabeza

(1974)

De “Informe sobre la ciudad sitiada”.

Traducción de Xaverio Ballester

Madrid, Ediciones Hiperión, 1993. 2.ª edición, 2008

 

 

Dos gotas

Los bosques ardían-

y ellos

en sus cuellos enredaban los brazos

como ramos de rosas

la gente corría a los refugios

él decía que su esposa tenía cabellos

en los que uno podía esconderse

cubiertos con una sola manta

musitaban impúdicas palabras

la letanía de los amantes

Si la cosa se ponía fea

saltaban en los ojos del otro

y los cerraban con fuerza

con tanta fuerza que no sintieron el fuego

que alcanzaba sus pestañas

hasta el final fueron audaces

hasta el final fueron fieles

hasta el final fueron parecidos

como dos gotas

detenidas al borde de la cara

(1956)

De “Informe sobre la ciudad sitiada”.

Traducción de Xaverio Ballester

Madrid, Ediciones Hiperión, 1993. 2.ª edición, 2008

 

 

El de ciencias naturales

No puedo recordar

su rostro

estaba de pie frente a mí en lo alto

al final de sus largas piernas separadas

veía

su cadenita de oro

su gris levita

y su flaco cuello

al que estaba prendida

una inerte corbata

fue el primero que nos enseñó

el anca de una rana muerta

que pinchada con un alfiler

violentamente se contrae

él nos introdujo

a través de un microscopio dorado

en la vida íntima

de nuestro bisabuelo

el paramecio

trajo un oscuro grano

y dijo: cornezuelo

instigado por él

en el décimo año de mi vida

fui padre

cuando tras una tensa espera

de una castaña sumergida en el agua

apareció un brote amarillo

y todo estalló en canto

alrededor

en el segundo año de la guerra

mataron al de ciencias

los malandrines de historia

si es que fue al cielo-

quizá camine ahora

sobre largos rayos

vestidos con grises medias

con una enorme red

y una caja verde

alegremente bamboleándose a su espalda

pero si no se fue allá arriba-

cuando en el sendero del bosque

encuentro un escarabajo encaramándose

a una pelotilla de arena

me acerco

me cuadro

y digo:

-buenos días señor profesor

permítame ayudarle

lo transporto delicadamente

y me quedo mirando un rato

hasta que desaparece

en la obscura sala de profesores

al final del corredor de hojas

1957

De “Informe sobre la ciudad sitiada”.

Traducción de Xaverio Ballester

Madrid, Ediciones Hiperión, 1993. 2.ª edición, 2008

 

 

Informe sobre la ciudad sitiada

Demasiado viejo para llevar las armas y luchar como los otros-

fui designado como un favor para el mediocre papel de cronista

registro -sin saber para quién- los acontecimientos del asedio

debo ser exacto mas no sé cuándo comenzó la invasión

hace doscientos años en diciembre septiembre¹ quizá ayer al amanecer

todos padecen aquí del deterioro de la noción del tiempo

nos quedó sólo el lugar el apego al lugar

aún poseemos las ruinas de los templos los espectros de jardines y casas

si perdemos nuestras ruinas nada nos quedará

escribo tal como sé en el ritmo de semanas inconclusas

lunes: almacenes vacíos la rata ha devenido moneda corriente

martes: alcalde asesinado por agentes desconocidos

miércoles: conversaciones sobre el armisticio el enemigo confinó a los legados

ignoramos dónde se encuentran esto es el lugar de su suplicio

jueves: tras una turbulenta asamblea se rechaza por mayoría de votos

la propuesta de los comerciantes de especias de rendición incondicional

viernes: comienza la peste

sábado: se ha suicidado un desconocido inflexible defensor domingo: no hay agua

rechazamos

un ataque en la puerta este llamada Puerta de la Alianza

lo sé todo esto es monótono a nadie puede conmover

evito comentarios las emociones mantengo a raya escribo sobre hechos

aparentemente sólo ellos son valorados en los mercados foráneos

pero con cierto orgullo deseo informar al mundo

que gracias a la guerra hemos criado una nueva variedad de niños

a nuestros niños no les gustan los cuentos juegan a matar

despiertos y dormidos sueñan con la sopa el pan los huesos

exactamente como los perros y los gatos

al atardecer me gusta deambular por los confines de la Ciudad

a lo largo de las fronteras de nuestra libertad incierta

miro desde lo alto el hormigueo de los ejércitos sus luces

escucho el tronar de los tambores los alaridos bárbaros

en verdad es inconcebible que la Ciudad todavía se defienda

el asedio continúa los enemigos deben ser reemplazados

nada les une excepto el anhelo de nuestra destrucción

godos tártaros suecos huestes del César regimientos de la Transfiguración del Señor

quién los enumerará

los colores de los estandartes cambian como el bosque en el horizonte

desde el delicado amarillo de aves en primavera a través del

verde del rojo hasta el negro invernal

así al atardecer liberado de los hechos puedo pensar

en asuntos antiguos lejanos por ejemplo en nuestros

aliados de ultramar lo sé su compasión es sincera

envían harinas sacos de ánimo grasa y buenos consejos

ignoran incluso que nos traicionaron sus padres

nuestros ex-aliados desde los tiempos de la segunda Apocalipsis

sus hijos no tienen culpa merecen gratitud así que les estamos agradecidos

no sufrieron un asedio largo como una eternidad

a quienes alcanzó la desdicha están siempre solos

los defensores del Dalai-Lama kurdos montañeses afganos

ahora cuando escribo estas palabras los partidarios del pacto

conquistaron cierta ventaja sobre la fracción de los intransigentes

habituales las oscilaciones de ánimo los destinos aún se sopesan

los cementerios crecen disminuye el número de los defensores

pero la defensa perdura y perdurará hasta el final

y si cae la Ciudad y uno solo sobrevive

él portará consigo la Ciudad por los caminos del exilio

él será la Ciudad

miramos en el rostro del hambre el rostro del fuego el rostro de la muerte

y el peor de todos -el rostro de la traición

y sólo nuestro sueños no fueron humillados

(1984)

¹La noche del 13 de Diciembre de 1981 fue decretado en todo el país el estado de guerra,

el movimiento democrático «Solidaridad», el primer sindicato independiente en un país socialista, fue disuelto y declarados ilegales todos los acuerdos firmados entre el sindicato

y el gobierno. A la declaración del estado de guerra siguió una represión generalizada. En Septiembre de 1939, por otra parte, dio comienzo, como es sabido, la segunda guerra mundial.

De “Informe sobre la ciudad sitiada”.

Traducción de Xaverio Ballester

Madrid, Ediciones Hiperión, 1993. 2.ª edición, 2008

 

 

La orilla

Espera en la orilla de un largo y lento río

en la otra orilla está Caronte el cielo brilla túrbido

(no es por lo demás ningún cielo) Caronte

ya está aquí se limitó a lanzar la cuerda hasta una rama

ella (el alma) saca el óbolo

que rápidamente se agriaba bajo su lengua

se sienta detrás en la barca vacía

todo esto sin una palabra

si al menos la luna

o el aullido de un perro

1969

De “Informe sobre la ciudad sitiada”.

Traducción de Xaverio Ballester

Madrid, Ediciones Hiperión, 1993. 2.ª edición, 2008

 

 

La piedra

La piedra es la criatura

perfecta

igual a sí misma

vigilante de sus fronteras

exactamente repleta

de pétreo sentido

con un aroma que a nada recuerda

a nadie espanta no despierta codicia

su ardor y frío

son justos y están llenos de dignidad

siento su duro reproche

cuando la apreso en mi mano

y su noble cuerpo

absorbe el falso calor

-Las piedras no se dejan domesticar

hasta el final nos mirarán

con su mirada tranquila clarísima

1961

De “Informe sobre la ciudad sitiada”.

Traducción de Xaverio Ballester

Madrid, Ediciones Hiperión, 1993. 2.ª edición, 2008

 

 

Nike cuando vacila

Nike más bella en el instante

en que vacila

la diestra bella como una orden

descansa en el aire

mas las alas vibran

ha pues divisado

a un joven solitario

sigue el largo surco

de un carro de combate

por un gris camino en un gris paraje

de rocas y ralos matojos de enebro

aquel joven morirá pronto

de hecho el platillo de la balanza con su destino

ya está cayendo violentamente

hacia la tierra

Nike desea

acercarse

y besarle la frente

mas teme

que él que aún no conoció

la dulzura de las caricias

al sentirla ahora

podría huir como los otros

hicieron durante la batalla

así que Nike vacila

y al final decide

quedarse en esa postura

que le enseñaron los escultores

avergonzada de aquel instante de ternura

sabe bien

que mañana al alba

encontrarán a ese muchacho

con el pecho abierto

los ojos cerrados

y el amargo óbolo de la patria

bajo su lengua entumecida

(1956)

De “Informe sobre la ciudad sitiada”.

Traducción de Xaverio Ballester

Madrid, Ediciones Hiperión, 1993. 2.ª edición, 2008

 

 

Un país

En la misma esquina de este viejo mapa hay un país que añoro.

Es la patria de las manzanas, las colinas, los ríos perezosos, del vino agrio y el amor.

Por desgracia una gran araña tejió sobre él su tela

y con su viscosa saliva cerró las puertas del sueño.

Y es siempre así: el ángel con la espada de fuego, la araña y la conciencia.

(1957)

De “Informe sobre la ciudad sitiada”.

Traducción de Xaverio Ballester

Madrid, Ediciones Hiperión, 1993. 2.ª edición, 2008