Vicente, Gil
Portugal (1465-1536)
Vánse mis amores, madre,
luengas tierras van a morar..
Yo no los puedo olvidar.
¿Quién me los hará tornar?
¿Quién me los hará tornar?
Yo soñara, madre, un sueño
que me dio en el corazón.
que se iban los mis amores
a las islas de la mar.
Yo no los puedo olvidar.
¿Quién me los hará tornar?
¿Quién me los hará tornar?
Yo soñara, madre, un sueño
que me dio en el corazón:
Que se iban los mis amores
a las tierras de Aragón.
Allá se van a morar
y no los puedo olvidar.
¿Quién me los hará tornar?
¿Quién me los hará tornar?
Del rosal vengo, mi madre,
vengo del rosale.
A riberas de aquel vado,
viera estar rosal granado;
vengo del rosale.
A riberas de aquel río,
viera estar rosal florido;
vengo del rosale.
Viera estar rosal florido.
cogí rosas con sospiro;
vengo del rosale, madre,
vengo del rosale.
Halcón que se atreve
con garza guerrera,
peligros espera.
Halcón que se vuela
con garza a porfía
cazarla quería
y no la recela.
Mas quien no se vela
de garza guerrera,
peligros espera.
La caza de amor
es de altanería:
trabajos de día,
de noche dolor.
Halcón cazador
con garza tan fiera,
peligros espera.
Dicen que me case yo:
no quiero marido, no.
Mas quiero vivir segura
n’esta tierra a mi soltura,
que no estar en ventura
si casaré bien o no.
dicen que me casé yo:
no quiero marido, no.
Madre, no seré casada
por no ser vida cansada,
o quizá mal empleada
la gracia que Dios me dio.
dicen que me case yo:
no quiero marido, no.
No será ni es nacido
tal para ser mi marido;
y pues que tengo sabido
que la flor ya me la só.
Dicen que me case yo:
no quiero marido, no.
Los amores de la niña
que tan lindos ojos ha,
que tan lindos ojos ha.
Ay Dios, ¿quién los servirá?
Ay Dios, ¿quién los haberá?
Tiene los ojos de azor,
hermosos como la flor;
quien los sirviere de amor,
no sé como vivirá,
que tan lindos ojos ha.
Ay Dios, ¿quién los servirá?
Ay Dios, ¿quién los haberá?
Sus ojos son naturales
de las águilas reales,
los vivos hacen mortales,
los muertos suspiran allá,
que tan lindos ojos ha.
Ay Dios, ¿quién los servirá?
Ay Dios, ¿quién los haberá?
¡Malhaya quien los envuelve
los mis amores,
malhay quien los envuelve!
Los mis amores primeros
en Sevilla quedan presos,
los mis amores,
¡malhaya quien los envuelve!
En Sevilla quedan presos,
por cordón de mis cabellos,
los mis amores,
¡malhaya quien los envuelve!
En Sevilla quedan ambos
los mis amores,
¡malhaya quien los envuelve!
En sevilla quedan ambos,
sobre ellos armaban bandos,
los mis amores,
¡malhaya quien los envuelve!
Muy graciosa es la doncella,
¡cómo es bella y hermosa!
digas tú, el marinero
que en las naves vivías
si la nave o la vela o la estrella
es tan bella.
Digas tú, el caballero
que las armas vestías,
si el caballo o las armas o la guerra
es tan bella.
digas tú, el pastorcico
que el ganadico guardas,
si el ganado o los valles o la sierra
es tan bella.
Cuando la virgen bendita
lo parió,
todo el mundo lo sintió.
Los coros angelicales
todos cantan nueva gloria;
los tres reyes, la vitoria
de las almas humanales.
En las tierras principales
se sonó
cuando nuestro Dios nasció.