Quart, Pere

Quart, Pere (1899-1986)

Seudónimo de Joan Oliver, nacido en Sabadell en 1899.

Poeta, dramaturgo, narrador, traductor y periodista, perteneciente

a una destacada familia de industriales.

Es uno de los poetas catalanes más importantes del siglo XX.

Inició la carrera poética en 1934. Dueño de un estilo original y sarcástico, rompió con su pasado burgués para defender las ideas republicanas durante

la guerra civil. Se exilió en Paris, luego viajó a Argentina y posteriormente

se radicó en Chile durante ocho años.

Entre los galardones obtenidos, se destacan el Premio del Presidente de la República Francesa por la versión de “El misantrop” de Molière, el Premio

de Honor de las Letras Catalanas, el premio Ciutat de Barcelona y el de la Generalitat de Catalunya de Poesía. Siguiendo sus convicciones ideológicas, rechazó la Cruz de Sant Jordi de la Generalitat.

Fue Socio de Honor de la Asociación de Escritores en Lengua Catalana.

Falleció en Barcelona en el año de 1986

Cien años de Joan Maragall

Usted, Joan, era de otra madera.

Los hombres nacen y mueren
por el amor.
No hay nada como ver el sol,
el sol, la estupradora insolación.
Y el viento en su palacio.
La Naturaleza es muy bella
y ¡tan diversa y sabia!
La amada es una flor,
una planta la esposa:
veo flores y pienso en ti.

La muerte, dulcísimo poniente.
Pero temible como una ceguera
-que olvida todos los caminos-
y una sordera;
y deshace las manos que palpan.
Y es, oh Dios, una afasia:
la palabra muerta.

¡Los sentidos, los sentidos!
En último caso aceptaríamos
la muerte como un renacimiento
del espíritu, pero con los accesorios
y todo el aparejo de hombre mortal,
perfectos, consolidados para siempre.

Creo en la resurrección de la carne.

¡Digo de la carne!
¿Me oyes, verdugo?
Señor, familia mía,
hay jóvenes luchadores
de muscles¹ poderosos,
y viejos barbudos de cuarenta años
en San Gervasio.²

Gritan las voces de la tierra.
Ea, compañeros, ¡enarbolémosla!
La fe de los abuelos desaconseja bombas.
Del cielo nadie escapa.
¿Qué son los ángeles?
Briznas voladoras.

Veraneemos, veraneemos.
Mar inquieta, aquietadora,
suspiras como un pecho.
Pechos como magnolias,
la pelea gloriosa,
el lecho tempestuoso
de los amores lícitos.

¡Hay que ver!
Del somatén y hombre de brusi
«pura criatura de la Providencia»,
a quien tientan y exaltan
tan misteriosamente,
¡fraile diabólico,
conde réprobo,
bandido amancebado!

Y me doy cuenta:
¡canta anárquicamente
la ciudad anarquista!

Hay gente cruel, es cierto,
hay mala baba.
Carcajadas de sangre.
pero la buena vida buena
nos sorprende todos los días
por vez primera y dulce.

Ahora teclearemos para inspirarnos.
Beethoven, Verdi, da lo mismo.
El corazón se solaza como una cascada.

Usted, Joan, era de otra estofa.
Hoy los poetas son cautelosos
-entiéndase, los nuestros.
Juegan muy amarrados,
guardan muy recogido
el abanico de los naipes.
Si se tercia echan faroles. Y hacen trampas,
como todo el mundo.

Este rincón no cría excepciones:
las excepciones agujerearían
el culo del saco
donde rumiamos voces y silencios,
aferrados y a oscuras.

Don Joan, disculpe la franqueza;
pero no olvide
que usted y yo venimos de Sabadell,
pueblo de andar por casa.

Al cabo somos bárbaros.

¹ Muscles (hombros) por músculs (músculos). Alusión a un error
de Maragall. En tiempo del poeta, la gramática catalana era todavía vacilante. (N. del T.)
² Barrio residencial de la burguesía media barcelonesa en el que vivió Maragall. (N. del T.)
³ Brusi, nombre que se dio al «Diario de Barcelona», periódico conservador y bien pensante,
tomado del apellido de su fundador y propietario. (N. del T.)

De “Vacaciones pagadas” 1959
Versión de José Batlló

Christmas

Plantan un árbol sin raíces
en el living
y hacen que dé de golpe,
turrones de Fatjó
y un tren eléctrico.
El favorito
y el dulce monopolista
descuelgan una estrella
-así como suena-, si quieren,
para el hijo embrutecido
que verraquea.

Entonces, ya está visto:
hacer milagros no es cosa de santos
hoy en día.

Ni tampoco se extraña nadie
-ni siquiera la rancia doncella,
beatona refinada-
de que el Niño esté desnudo
en invierno y de noche.

Por los christmas a tres tintas
se entrampan los pobres.

Y con el pretexto de los Reyes
degollaremos a tantos Inocentes cual convenga.

No, no exagero.

De “Vacaciones pagadas” 1959
Versión de José Batlló

Codicilo de poeta

Os lego, amigos, sencillamente,
los tres humildes quehaceres de siempre:
vivir (y comer) con decoro cada día;
si podéis, encauzar codicia y lujuria;
pensar ( creer o dudar )
en la certeza y las hipótesis
de la muerte de la carne
y la vida nueva del alma.

No hay nada más que hacer; y ya basta.
El resto es literatura.

De “Vacaciones pagadas” 1959
Versión de José Batlló

El amor del hombre

Existe la lujuria sucia y poderosa
-e intermitente como las campanas-
que nos encadena y arrastra a ratos
desde la raíz del gran deseo -clavada
en el centro geométrico de la carne-
secretamente atado a las potencias
de lo que es nuestra alma
-llamada así para entendernos-,
la cual lo atiza, lo dirige, lo exalta;
y pone en juego, dispara,
desenfrenadamente ,
todos los humores viscosos,
toda la ponzoña de la concupiscencia.

Promete, ¡y promete tanto!, cada nueva vez.

Expelimos en tumulto una profunda fuerza.
Virtud atesorada en el silencio
y la ignorancia de los sistemas íntimos.

Al buen tuntún nos revolcamos,
jadeantes, babeantes,
imperiosos como césares,
perfectos robots de la lascivia,
sobre el campo y pretexto de tanta furia,
¡la mujer!
ánfora blanda de la voluptuosidad.

Niños frenéticos, perseguimos el goce
y lloramos de rabia si nos detienen
en la carrera.

Carrera que nos llevará a la triste,
vergonzosa inercia
y desencantada paz;
al fin fuente agotada
en la amargura.

No sé el porqué -¿quién lo sabe?- de esa agrura de boca,
de ese residuo mixto
de asco y derrota.
¿Por qué, si es la naturaleza purísima
de la propia bestia,
la ley enorme de la vida,
quien nos mueve cual el viento a las semillas?

¡Humildad, hermanos! Desengañémonos.
Por lo visto, así es el amor del hombre,
y todos somos hijos de lúbricos ejercicios.
No hagamos aspavientos, y disfracémoslos,
por dignidad meramente burguesa,
con delicados motivos humanitarios,
y con la literatura de los trémulos juramentos;
y, sobre todo, con mutuas ternuras
de corazón a corazón.

Pues, de hecho, estas costumbres
son milenarias.

De “Vacaciones pagadas” 1959
Versión de José Batlló

Espero, sospecho, temo, quisiera

Espero que no me mire,
que no me vea.

Sospecho que está siempre,
que no falla,
que me tiene fichado,
que no hay escapatoria.

Temo que me amenace,
que me riña,
que me castigue,
o que me espíe,
y me siga.

Me desazonan los misterios
los oráculos,
los enigmas,
los dones, los privilegios,
los éxtasis.

Las ceremonias me desasosiegan:
el culto,
la nube sacra.

Y quisiera sentirlo y verlo
hablarle, entenderlo,
servirlo como un hombre
siempre.

Quisiera que me tomara de una vez
o que me mudase en hoja,
en cosa pura, estúpida
en silencio o aire,
en piedra,
en átomo,

de su reino total.

Quiero amor o calma.

De “Vacaciones pagadas” 1985
Versión de José Batlló

Hay cosas demasiado puras…

Hay cosas demasiado puras
para ser dichas
o simplemente pensadas.
Pero los poetas,
incontinentes, verbosos,
osan inquietar las zonas inefables
con escogidas palabras
al fin y al cabo estúpidas.

Y aún pretenden
ser los trujamanes
de la musa inservible
o de algún dios,
sobrante como todos.
¿O exprimen de sí mismos
quizá celestes zumos?
Menos mal que escasean los espejos,
ya que los poetas, en efecto,
son harto ridículos
en su jactancia.

Más valdría callar,
que todos callásemos.
Y entonces aprestar las grandes orejas
y aprender algo
de los lamentos, los zumbidos,
del cántico de la vida;
de los entrañados latidos
y los admirables -pese a todo-
silencios animales
del hombre,
casi imposible probatura.

De “Vacaciones pagadas” 1959
Versión de José Batlló



Juego

Navego contracorriente.
Voy cuando los demás vuelven.

Antes de Pensar repienso.
Lloro y sonrío en silencio
y en soledad.

Busco el anillo que perdí
donde hay luz y bonanza.

Tutto ch’altrui aggrada me disgrada.

Cuando puedo discrepo.
Por ejemplo:
No digo «higo chumbo»
sino «nopal».

Y para perderme la vida
trabajo cada domingo.
Moribundo celebraré
-si me lo permite la familia
y el resto de los poderes-
mi natalicio.

De “Vacaciones pagadas” 1959
Versión de José Batlló

La cita

Yo no me detendré; y tú camina
como si no nos conociésemos.
Las confusas voces y las difíciles señales
de la ciudad, me turban;
por los ojos de los demás
y por los espejos,
me descubre la muerte
y me hace preguntas.
Mujer, anda

al otro lado del carril
hay que emprender el descenso.
Sigue, entonces, el recodo.
Pasado el puente de piedra,
atajo arriba.
No tuerzas a mano izquierda
hasta que encuentres el recinto
plantado de cipreses vivos
y de cruces muertas.
Quizá yo te haya adelantado;
si no, espérame.
Y no sentada, de pie,
entera, vertical, no como los demás.

Nos cuadraría un cielo bien alto,
un mediodía despejado
por el viento de los grandes viajes.
La noche es harto piadosa.
Y con tantas estrellas ilusiona.

Mujer, la vida es moda, ya lo sabes.
Desde hoy se impone
la escondida manera de la desnudez
hacia la línea ósea
hasta el polvo primero y último.

Desprevenidos y decepcionados,
despidámonos y desmemoriémonos
con nulos gestos de mármol.
La gravedad es infalible.

¿Quién sabe, empero, si en la hora undécima
no nos plantarán las alas?
Jamás pretendí entender misterio alguno.
Abrumado de leyes supremas,
ignoro con tino mortal
y con avaricia.

Y ahora, mujer, camina.

De Tierra de naufragios 1956
Versión de José Batlló

Letanía

Para los niños
mentiras.
Para el amor
mentiras.
Para los amigos
mentiras.
Para los clientes
mentiras.

Mentiras gordas o finas,
firmes o tiernas -juramentos, besos-;
vivas -cual sangre fresca-;
sabias, agradecidas.
Trolas y patrañas.
Medias mentiras.

Y mentiras históricas
que hoy achacamos a los mentirosos bisabuelos.
Mentiras literarias
-en cada verso, dos mentiras-.
Mentiras metafísicas
-el ser y el tiempo ¡rediez !-.
Mentiras técnicas, científicas:
cifras que se vuelven máquinas
y máquinas que mienten
cual leyendas locas.

Y mentiras de fe,
que son la triste gran misericordia
del cielo para los sufrientes
y míseros de la tierra;
altas mentiras fabulosas
que un día, no sé cómo,
dicen, serán certezas
(gracias, Señor, por adelantado,
a cuenta sin garantías,
por si así fuese.
¡Amén, amén, Señor!
Señor, ¿oyes el grito?

¡Para que la muerte, al rematarnos, mienta!)

De “Vacaciones pagadas” 1959
Versión de José Batlló

Plegaria de enero

(Rito occidental)

Sois los Tres, sois los Tres
Viajantes de Comercio.

El Rubio,
champán y capones del Prat.

El Negro,
perlas y abrigos de astracán.

El Blanco,
coches cromados y artefactos.

¡Salvad a la Cristiandad
del Infierno con magro balance!

Oremus…
(Rezaremos un padrevuestro
por los que yerran sus cuentas
y por su conversión
a la sagrada área del dólar.)

De “Vacaciones pagadas” 1959
Versión de José Batlló

Salmo de las lágrimas

¡Para mí no vale!
¡No juego! ¡No contéis conmigo!
(Nadie te lo pide; no te han invitado.
Pecador de poco juicio y mal provecho,
la fiesta no es para ti.
¡Ni traje nupcial traes…! ¿Qué pretendes
y qué denotan tantos aspavientos?).

Mujer, no me beses: te contagiaré
la llaga de la boca, o la del corazón.
Echa adelante o te rezagarás.

Muy bien, me habéis dejado solo a la orilla del camino
Me gusta esta llovizna y este relente,
la noche que pasa como un leve duelo.
Así, de espaldas al fango, cara al cielo
siento que soy, muy desdichadamente,
un hombre, y que soy yo.

Amigos, no lo sabréis nunca
pero os amo a todos
sólo porque os parecéis a mí.

(¡Hoy, quizá tan sólo hoy,
estoy enamorado de mí mismo! ).
También al que me rechazaba por leproso.

Me llega la música que danzáis
al oscurecer, sosegadamente
(¡la edad, la grasa, la presión!);
debe ser en el claro, buen lugar,
de encinar de can Pedrell,
mientras los espliegos huelen de uno en uno
con la refrenada envidia de los humildes.

¡Humildes, ja ja! ¡También yo soy humilde!
(Más bien diría resentido).
La casita y el pequeño huerto no me tentaron;
tenía un caserón y un jardín;
sonreía como el orate que no sufre,
saciado inexplicablemente
entre hartos, y vecino miope
de los incontables rabiosos del puño
-enarbolada, mutilada cruz-;
la mala sangre, que llama a la sangre,
prójimo de nadie,
ángeles pestilentes y andrajosos del Dios
que adora el favorito de rodillas
cuatro segundos, desde hace diecisiete siglos,
y siempre, siempre bendecido
a diestro y siniestro por enjoyadas manos.
«¡Oh cerdos inverecundos!» -como decía aquél;
y añadía luego: « ¡Oh cerdos lascivos!».

Pero esto son monsergas, sin embargo,
superadas felizmente por el vividor
y por la patrona que rige como es debido
pupilas complacientes con los parroquianos.

Buen señorito, que tiene pensado
para un verano, quizá el próximo,
encerrarse con catorce más
y un levita retórico y avispado
ocho días en Vallsoma, aire de pinos
y cocina sana y abundante.

Pero no quiero juzgar, ¿tal vez me compete?

Me iré y me voy
cobarde como soy, y delicado, y yermo.

Y  lloraré, solo, por mí,
deshechas lágrimas finales
mientras se acerca cojeando el olvido
o un retoñar con mejor cara, ¡oh, Dios!

Y si me sobran, lloraré por todos.

De “Vacaciones pagadas” 1959
Versión de José Batlló

Seis adivinanzas

1. Más que joven novísima,
flamante;
intacta más que virgen,
y sin tacha.
Trabajo de encargo,
pieza única.

Hija,
hermana,
nuera,
vecina de nadie.
Ni madre, entretanto.

Hembra tan sólo,
sólo para el hombre.

2. ¿Se paró el Sol?
¿Fue la Tierra? Todo
creo que es temerario;
todo comporta
peligros de gran alcance.

Y yo me inclino a creer,
sencillamente, que el celuloide
-cosas que pasan-
se rompió.

3. Había sido un gran señor, ¡y vedlo!
Desnudo y pobre como un gusano;
le quitaron los hijos y la hacienda,
y la lepra lo devora:
con un cascote
se rasca las costras.
Pero le queda un buen consuelo: la peña
de la tarde con los amigos.

4. -¡Mandadme, Majestad!
-Me gusta esa vecina.
-Está casada, Majestad.
-Y él, ¿quién será?
-El Capitán Sánchez.
-Llévalo al frente. Primera línea.
Hoy mismo. Razones de Estado.
-¡Mandadme, Majestad!

5. Súbito vómito a medio digerir,
lo ensucia todavía
el jugo gástrico del gran pez.
De saliva salada regurgita.
De cuando en cuando escupe chanquete.

6. El poeta murió y en la balanza
pesó más la hiel que la miel.

Y fue al infierno,
el infierno del cual fue comediógrafo.

Es su primer y único huésped,
¿quién con mejor derecho?
Lo recorre con aires de empresario
entre monstruos de carnaval de Niza
y condenados de museo Grévin.

Resulta todo tan modernista
y tan inhabitable
como él lo imaginó;
y por ello es feliz:
¡vanidad de los poetas!

Si no fuese porque, solo
y con mala luz,
desde hace siglos espera en vano
visitantes y espectadores
para su desfile
de pecados.

A última hora le han enviado,
virgilio inútil,
al pequeño y servicial Gustave.

¡Qué más da!
Ha perdido toda esperanza.
Descuelga la muestra,
corre el cerrojo,
apaga el fuego.

De “Vacaciones pagadas” 1959
Versión de José Batlló

Vacaciones pagadas

He decidido marcharme para siempre.
Amén.

Volveré mañana
porque soy viejo
y tengo los pies muy resentidos
e hinchados por la gota.

Pero volveré a marcharme pasado mañana,
rejuvenecido por el asco.
Para siempre jamás. Amén.

Pasado mañana no, el otro, volveré,
paloma de raza mensajera,
como ella estúpido,
aunque no tan recto,
ni blanco tampoco.

Emponzoñado de mitos,
con las alforjas colmadas de blasfemias,
huesudo y chupado y legañoso,
príncipe desposeído hasta de sus sueños,
Job de pocilga;
con la lengua cortada, castrado,
pasto de la piojería.

Tomaré el tren de vacaciones pagadas.
Agarrado al tope.
La tierra que fue nuestra herencia,
huye de mí.
Es un chorro entre las piernas
que me rechaza.
Herbaza, pedregal:
signos de amor disueltos en vergüenza.
¡Oh, tierra sin ciclo!

Pero miradme:
otra vez he vuelto.
Solo, casi ciego de tanta lepra.
Mañana me voy
-no os engaño esta vez.

Sí, sí: me voy a gatas
como el tatarabuelo,
por el atajo de los contrabandistas
hasta la línea negra de la muerte.

Salto entonces en las tinieblas ardientes,
donde todo es extranjero.
Donde vive desterrado
el Dios antiguo de los padres.

De “Vacaciones pagadas” 1959
Versión de José Batlló

Ya es hora de que se sepa

Pido la palabra previa.
Quiero decir -¡y que de una vez se sepa! –
que yo soy Yo,
que soy el Centro,
y el Árbitro.

Que todos vosotros, todos,
-dandose bIen las cosas-
sois mis coterráneos:
parientes, vecinos, acreedores míos,
prójimos míos propiamente dicho;
que todos los demás, todos,
buenos y malos
-amarillos y negros, antípodas, gitanos-
son, todo lo más,
y ya es mucho,
mis contemporáneos.

Sabed que:
cuando os veo, de hecho
os suscito, os resucito;
y al pensaros
os doy una esperanza.

Pero si os he perdido de vista,
mientras os olvido u os ignoro,
dormís el sueño de los justos,
como suele decirse.
No pasáis de potencias
en la acepci6n más triste del vocablo.

Ya lo sé. Muchos esperáis
con impaciencia
el día de cantarme el responso.
No os embaléis, por favor.
En el mejor de los casos,
cuando yo muera,
todos, todos,
buenos o malos,
no seréis más que mis sobrevivientes.

De “Vacaciones pagadas” 1959
Versión de José Batlló