Lasker-Schuler, Else

Lasker-Schuler, Else (1869-1945)

Poeta, novelista y artista plástica alemana nacida en Elberfeld en febrero de 1869.

Hija de un importante banquero judío, abandonó los estudios escolares para continuar recibiendo educación privada en la casa de sus padres. En 1894, tras contraer matrimonio con el Dr. Bertold Lasker, se trasladó a Berlín donde estudió pintura en la escuela de Simon Goldberg, y fue introducida en el círculo literario por el autor Peter Hille. En 1902 publicó el primer libro de poemas de corte expresionista bajo el título de “Styx”. Cansada de la vida burguesa, se divorció en dos ocasiones, convirtiéndose en la figura central de la bohemia berlinesa.

En 1932, poco antes de que el gobierno Nacional Socialista prohibiera la publicación de sus libros, recibió el Premio Kleist por el conjunto de su obra.

En 1932 emigró a Suiza para escapar de la persecución del gobierno alemán y posteriormente fijó su residencia en Jerusalén donde falleció

en 1945.

A Giselheer* joven

De mi pestaña cuelga una estrella,
Hay tanto resplandor
Cómo voy a dormir

Y quiero jugar contigo,
No tengo patria
Jugamos a rey y príncipe.

*”Giselheer” , “Nibelungo” o el “Bárbaro”, fueron los nombres
con los cuales llamaba Else  a Gottfried Benn, con quien tuvo
una relación sentimental que dejó una honda huella en sus poemas.

Versión de Sonia Almau

 

 

A Giselheer pagano

Lloro,
Mis sueños caen en el mundo.

En mi oscuridad
No se aventura ningún pastor.

Mis ojos no muestran el camino
Como las estrellas.

Siempre mendigo ante tu alma;
¿Lo sabes?

Ojalá fuera ciega
Pensaría entonces que descanso en tu cuerpo.

Todas las flores pondría
Junto a tu sangre.

Soy tantas
Nadie puede arrancarme;

Ni llevarse mis prendas
A casa.

Quiero mostrarme a ti muy tiernamente;
Ya sabes nombrarme.

Mira mis colores,
Negro y estrella

Y no quieras el frío día,
Tiene un ojo de cristal.

Todo está muerto,
Sólo tú y yo no

Versión de Sonia Almau

 

 

A Giselheer rey

Estoy tan sola
Ojalá encontraras la sombra
De un corazón dulce.

O alguien
Me regalara una estrella

Siempre lo cogían
Los ángeles al vuelo
Así, de un lado a otro.

Tengo miedo
De la tierra negra
¿Cómo puedo salir?

Desearía ser enterrada
En las nubes,
Dondequiera que crezca el sol,

Te quiero tanto
¿Tú a mí también?
Dímelo entonces…

Versión de Sonia Almau

 

 

Creo que nunca más volveremos a vernos…

Creo que nunca más volveremos a vernos,
La mañana esconde su ojo ante mí.

He estado demasiado tiempo arrodillada
Ante tu silencio crepuscular.

Oh, nuestros labios ansían juegos
Florecientes nos hubiéramos besado bajo las grandes estrellas.

Velos fúnebres envuelven
Los elementos del cielo resplandecientes de oro.
Creo que nunca más volveremos a vernos.

Versión de Sonia Almau

 

 

Detrás de los árboles me oculto

Hasta que mis ojos dejen de llover,

Y los mantengo profundamente cerrados,
Para que nadie mire tu imagen.

Y enlacé mis brazos en torno a tí
Como pámpanos.

Si unida a ti estoy estrechamente,
¿Por qué me arrancas de ti?

Te regalé la flor
De mi cuerpo,

A todas mis mariposas
Ahuyenté hacia tu jardín.

Siempre caminé a través de granadas,
A través de tu sangre vi

Al mundo por todas partes arder
De amor.

Pero ahora golpeo con mi frente
Ensombreciendo las paredes de mi templo.

Oh, tú, funámbulo tramposo,
Tú dejaste una cuerda floja.

Qué fríos me son todos los saludos,
Yace desnudo mi corazón,

Mi barco rojo
Late con espanto.

Estoy siempre en el mar
y ya no tomaré tierra.

Versión de Sonia Almau

 


 


Escucha

“Ultima canción a Giselheer*”

Robo en las noches
Las rosas de tu boca,
Que ninguna mujer te beba.

La que te abraza
Me arranca lo que en mi sobrecogimiento
Pinté en torno a tus miembros.

Soy el borde de tu camino
La que te roza
cae desde lo alto.

¿Sientes mi vida entera
Por todas partes
Como orla distante?

Versión de Sonia Almau

 

 

Estoy triste

Tus besos oscurecen, sobre mi boca.
Ya no me quieres.

¡Y cómo viniste!
Azul a causa del paraíso;

En torno a tus más dulces fuentes
Revoloteó mi corazón.

Ahora quiero maquillarlo,
Igual que las prostitutas
Colorean de rojo la rosa marchita de sus caderas.

Nuestros ojos están entornados,
Como cielo agonizante

Ha envejecido la luna.
La noche ya no despertará.

Apenas te acuerdas de mí.
¿A dónde iré con mi corazón?

Versión de Sonia Almau

 

 

Mi piano azul

Tengo en casa un piano azul
Aunque no sé ninguna nota.

Está a la sombra de la puerta del sótano,
Desde que el mundo se enrudeció.

Tocan cuatro manos de estrella
-La mujer-luna cantó en la barca-,
Ahora bailan las ratas en el teclado.

Rota está la tapa del piano…
Lloro a la muerta azul.

Ah, queridos ángeles, abridme
-Comí del pan amargo-
A mí con vida la puerta del cielo-
Incluso contra lo prohibido.

Versión de Sonia Almau

 

 

Obertura

Nos separamos en el preludio del amor…
En mi corazón resplandecía aún clara tu palabra,
Y callados fuimos extinguiéndonos en el torbellino urbano,
Bajo el velo de la tarde del turbio septiembre
En un sollozante acorde.
Así en la breve obertura de amor
Nos esfumamos de esta tierra
A través de paraísos hasta las puertas del cielo-
Y no fueron necesarios los juramentos de amor eterno
Ni los besos del azul y mágico crimen.

Versión de Sonia Almau

 

 

Resignación

Abrázame maternal y suave,
y muéstrame el reino celeste,
Tú noche soñadora;
Y haz descansar mis pesares,
~ Ocultos en tu regazo ~
Sobre rosas y sobre hojas de plata
En el profundo polvo de la tierra.

En la luz crepuscular, en el brillo crepuscular
Se pulverizan tus ensueños
En la suntuosidad azul de las nubes.
Me preparo para la batalla del día.
Y ansío la noche eterna.
Para derretirme silenciosamente en el rojo de la tarde,
En tu brazo de salvador, muerte.

Versión de Sonia Almau

 

 

Sueño tan en silencio contigo

Siempre vienen por la mañana colores dolientes,
Son como tu alma.

Oh, tengo que pensar en ti,
Y por todas partes florecen ojos tan tristes.

Y te hablé de grandes estrellas,
Pero tú mirabas a la tierra.

Noches crecen de mi cabeza,
No sé a dónde ir.

Sueño tan en silencio contigo-
Blanca cuelga ya la seda sobre mis ojos.

Por qué no has dejado
La tierra en torno a mí- dí

Versión de Sonia Almau

 

 

Sulamita

¡Oh, yo he aprendido en tu dulce boca
a conocer tanto de las bienaventuranzas!

Ya siento los labios de Gabriel
ardiendo sobre mi corazón…

Y la nube de la noche se bebe
mi profundo sueño de cedro.

¡Oh, cómo me hace señas tu vida!

Y yo me consumo
con floreciente dolor de corazón
y me desvanezco en el espacio del mundo,
en el tiempo,
en la eternidad,
y mi alma se extingue en los colores de la noche
de Jerusalén.

Versión de L.S.
 

 

 

Tarde

Pálidas están mis ganas de vivir, …
Caí tan sola sobre la tierra,
Nunca ha sabido un hombre de dónde vine,
Sólo tú, pues algún día me uniré contigo.

Las bahías me rodean desde lejos,
Todas las cosas las vivo en la espuma.
El hombre que hostil me persigue, se estrella.
Y sé sólo de él en el sueño.

Y así vivo la creación de este mundo,
En la tierra ya liberada de su cáscara.
Y tú, la estrella, que del alto cielo cae,
Se entierra profundamente en el valle de mi corazón.

La tarde oscurece mucho mi sangre,
Vetea atormentada mi alma cansada.
Desnuda asciende de nuevo desde la marea anterior al mundo
Y teme que encarnada aquí en la tierra se equivoque.

Y lo que el día, antes de despertar,
Se perdió de la aurora…
Se lo ofrece el soñador juego de imágenes nocturnas
En tejidos multicolores.

Me traen lejanas manos a casa
Un piadoso ramo de hoces amarillas.
La manecilla anda silenciosa por la esfera
Del reloj de sol, que oro de mi vida tiene.

Versión de Sonia Almau

 

 

Viene la noche

Viene la noche y me sumerjo en las estrellas,
Para no olvidar en el alma el camino a casa
Pues se enlutó hace mucho tiempo mi pobre país.

Descansan nuestros corazones emparentados de amor,
Emparejados en una cáscara:
Blancas almendras-

Sé que tienes, como antes, mi mano
Encantada en la eternidad de la lejanía…
Ah, mi alma crujió cuando me lo confesó tu boca.

Versión de Sonia Almau