Bukowski, Charles

Reseña biográfica

Poeta y novelista norteamericano nacido en Andernach, Alemania, en 1920, trasladado a Los Angeles, EE.UU., en 1922.

El traumático ambiente familiar que soportó en su infancia lo convirtió en un joven de carácter conflictivo, amante del alcohol y de la vida bohemia, costumbres que sólo abandonó por períodos muy cortos de su vida.

Algunos estudios de arte, periodismo y literatura, fueron la base para iniciar su carrera literaria, publicando los primeros poemas a la edad de treinta y cinco años. Su obra, unas veces realista y brutal, y otras, tierna y sentimental, está representada por más de treinta publicaciones entre las que se destacan: “Crucifijo en una mano muerta” 1965, “Cartero” 1970, “El amor es un perro del infierno” 1974, “La senda del perdedor” 1982, “Shakespeare nunca lo hizo” 1990, “Peleando a la contra” 1991 , “La última noche de la tierra” 1992 y “El capitán salió a comer y los marineros tomaron el barco” 1994.

Falleció en 1994.

Abraza la oscuridad

La confusión es el dios

la locura es el dios

la paz permanente de la vida

es la paz permanente de la muerte.

La agonía puede matar

o puede sustentar la vida

pero la paz es siempre horrible

la paz es la peor cosa

caminando

hablando

sonriendo

pareciendo ser.

no olvides las aceras,

las putas,

la traición,

el gusano en la manzana,

los bares, las cárceles

los suicidios de los amantes.

aquí en Estados Unidos

hemos asesinado a un presidente y a su hermano,

otro presidente ha tenido que dejar el cargo.

La gente que cree en la política

es como la gente que cree en dios:

sorben aire con pajitas

torcidas

no hay dios

no hay política

no hay paz

no hay amor

no hay control

no hay planes

mantente alejado de dios

permanece angustiado

deslízate.

Versión de Rafael Díaz Borbón

Amor, fama y muerte

se sienta afuera de mi ventana

como una vieja que va al mercado;

se sienta y me observa,

suda nerviosamente

por entre alambre y niebla y ladrido-perro

hasta cuando inesperadamente

golpeo la pantalla con un periódico

como manoteando una mosca

y usted pudiera escuchar el grito

en esta ordinaria ciudad,

y entonces salió.

la manera de terminar un poema

como este

es quedarse de pronto

callado.

Versión de Rafael Díaz Borbón

Cálidas nalgas

este Viernes por la noche

las muchachas mejicanas en el carnaval católico

parecen muy buenas

sus maridos andan en los bares

y las muchachas mejicanas lucen jóvenes

nariz aguileña con tremendos ojazos,

cálidas nalgas en apretados bluyines

han sido agarradas de algún modo,

sus maridos andan cansados de esos culos calientes

y las muchachas mejicanas caminan con sus hijos,

existe una tristeza real en sus ojazos

como si recordaran noches cuando sus bien parecidos hombres-

les dijeron tantas cosas bellas

cosas bellas que ellas nunca escucharán de nuevo,

y bajo la luna y en los relampagueos de las

luces del carnaval

lo veo todo y me paro silencioso y lo lamento por ellas.

ellas me ven observando-

el viejo chivo nos está mirando

está mirando a nuestros ojos;

ellas sonríen una a otra, hablan, salen juntas,

ríen, me miran por encima de sus hombros.

camino hacia una caseta

ponga una moneda de diez en el número once y gane un pastel

de chocolate con 13 coloreadas colombinas en la

cima

suficiente por demás para un ex-católico

y un admirador de los calientes y jóvenes y

no usados ya más

afligidos culos de las mejicanas.

Versión de Rafael Díaz Borbón

Carta desde muy lejos

Ella me escribió una carta desde un pequeño

cuarto cerca al Sena.

dijo que iba a asistir a clases de

baile. Se levantaba, dijo

a las 5 en punto de la mañana

y escribía a máquina poemas

o pintaba

y cuando sentía deseos de llorar

tenía una banca especial

junto al río.

Su libro de Cantos

se iría

en la Caída.

No supe qué decirle

pero

le conté

que haría sacar cualquiera de los dientes dañados

y tener cuidado del amante

francés.

Puse su foto junto al radio

cerca del ventilador

y se movió

como algo

vivo.

Me senté y lo observé

hasta cuando ya había fumado

5 o 6

cigarrillos que quedaban.

Entonces me levanté

y me fui a la cama.

Versión de Rafael Díaz Borbón

Cisne de primavera

También en primavera mueren los cisnes

y ahí flotaba

muerto un domingo

girando de lado

en la corriente

y fui hasta la rotonda

y distinguí

dioses en carros,

perros, mujeres

que giraban,

y la muerte

se me precipitó garganta abajo

como un ratón,

y oí llegar a la gente

con sus canastos de camping

y sus risas

y me sentí culpable

por el cisne

como si la muerte

fuese algo vergonzoso

y me alejé

como un idiota

y les dejé

mi hermoso cisne.

Versión de Rafael Díaz Borbón

Como todos los años desperdiciados

ayer la ebria Alicia

me dio

un frasco de mermelada de breva

y hoy ella

silva

por su gato

pero

el no vendrá

venir-

él está con los caballos

en una

cuba de cerveza

o

en habitación 21

del Hotel

Crown Hill

o está en el

Cracker

Citizens National

Bank

o

arribó a

Nueva York a

5:30 p. m.

con una maleta de papel

y

7 dólares.

cerca a Alicia

en su patio

un ganso de papel

camina

volteado de arriba a bajo

en una caja de cartón que dice :

California

Naranjas.

la ebria Alicia silba.

no bien no bien.

trabaja despaciosamente.

cada quien se esfuerza duro

pero los

dioses.

Alicia entra por una

bebida, viene

afuera,

silba de nuevo

todo el camino hacia una

banca del parque en

El Paso-

y su amor viene

corriendo de los

árboles

ojos abrillantados como un

film de color

y no aguardando

hasta

el Lunes

entramos

juntos.

Versión de Rafael Díaz Borbón

Fuera de los brazos de un amor…

fuera de los brazos de un amor

y ya en los brazos de otra.

me he salvado de morir en la cruz

por una dama que fuma marihuana

escribe cantos y cuentos,

y es mucho más amable que la última,

mucho mucho más amable,

y su sexo es tan bueno o mejor.

no es placentero ser puesto en la cruz y dejado ahí,

más placentero es olvidar a un amor que no

cumplió

como todo amor

finalmente

no perdura…

más placentero hacer el amor

en la playa en Del Mar

en la habitación 42 y después de todo

sentado en la cama

tomando buen vino, hablando y tocando

fumando.

escuchando las olas…

he muerto muchas veces

creyendo y esperando, esperando

en una habitación

contemplando un cieloraso agujereado

esperando la llamada, una carta, un golpecito, un sonido…

volviéndome salvaje adentro

mientras ella bailaba con extraños en clubes nocturnos…

fuera de los brazos de un amor

y ya en los brazos de otra

no es placentero morir en la cruz,

más placentero es escuchar tu nombre susurrado en

la oscuridad.

Versión de Rafael Díaz Borbón

La casa

Construyen una casa

media cuadra abajo

y yo me levanto aquí

con las persianas bajas

a escuchar los ruidos,

los martillos clavando las puntillas,

tac, tac, tac, tac,

y luego escucho los pájaros y

tac tac tac

y voy a acostarme,

tiro las cobijas hasta la garganta;

han estado construyendo esta casa

por un mes y pronto tendrá

su gente… durmiendo, comiendo,

amando, moviéndose por todas partes,

pero algo

ahora

no es correcto,

parece una locura,

hombres caminando en su techo con puntillas en la boca

y leo acerca de Castro y Cuba,

y por la noche camino por

y las nervaduras de la casa muestran

y adentro veo gatos caminando

la manera como los gatos caminan,

y luego un muchacho que pasa en una bicicleta

y aún la casa está sin terminar

y en la mañana los hombres

regresan

caminando por todas partes en la casa

con sus martillos

y parece que la gente no construye casas

nunca más,

parece que la gente debiera parar de trabajar

y sentarse en cuartos pequeños

en segundos pisos

bajo luces eléctricas sin persianas;

parece que hay mucho para olvidar

y mucho para no hacer

y en farmacias, mercados, bares,

la gente está cansada, no quieren

moverse y yo me paro en la noche

y miro a través de esta casa y la

casa no desea que se construya;

a través de sus lados veo las colinas moradas

y las primeras luces del atardecer,

y hace frío

y abotono mi chaqueta

y me paro allá a mirar la casa

y los gatos se para y me miran

hasta cuando me siento desconcertado

y me muevo hacia el norte por la acera

donde habré de comprar

cigarrillos y cerveza

y retornaré luego a mi cuarto.

Versión de Rafael Díaz Borbón

La intelectual

Ella escribe

continuamente

como un largo pulverizador

rociando

el aire,

y discute

continuamente;

no hay nada

que yo pueda decir

que no es en verdad

algo más,

luego,

paro de hablar;

y finalmente

discute con ella misma

afuera de la puerta

diciendo

algo como-

no estoy tratando de

impresionarme a mí misma

a partir de ti.

pero conozco

estará de

de regreso, ellas siempre

Vuelven.

y

a las 5 p. m.

estuvo golpeando a la puerta.

la dejo entrar

no me demoraré, dijo

si no lo deseas.

está bien, dije,

voy a tomar un

baño.

fue a la cocina y

comenzó con los

platos.

como estar casado,

aceptas

todo

como si así

hubiera sido.

Versión de Rafael Díaz Borbón

La tigresa

terribles discusiones.

y, por último, acostados pacíficamente

en su larga cama

estampada

en rojo con frescos diseños de flores,

mi cabeza y vientre abajo

cabeza a los lados

bañados por opaca luz

mientras ella se baña silenciosa en la

otra habitación,

todo va más allá de mí,

como la mayoría de las cosas,

escucho la música clásica en el radiecito,

ella se baña, oigo el ruido del agua.

Los mejores de la raza

No hay nada que

discutir

no hay nada que

recordar

no hay nada que

olvidar

es triste

y

no es

triste

parece que la

cosa más

sensata

que una persona puede

hacer

es

estar sentada

con una copa en la

mano

Versión de Rafael Díaz Borbón

Melancolía

la historia de la melancolía

nos incluye a todos.

me retuerzo entre las sábanas sucias

mientras fijo mi mirada

en las paredes azules

y nada.

me he acostumbrado tanto a la melancolía

que

la saludo como a una vieja

amiga.

ahora tendré 15 minutos de aflicción

por la pelirroja que se fue,

se lo diré a los dioses.

me siento realmente mal

realmente triste

entonces me levanto

PURIFICADO

aunque no haya resuelto

nada

(…)

hay algo mal en mí

además de la

melancolía

Oh sí

hay cosas peores que

estar solo

pero a menudo toma décadas

darse cuenta de ello

y más a menudo

cuando esto ocurre

es demasiado tarde

y no hay nada peor

que

un demasiado tarde

Pájaro azul

hay un pájaro azul en mi corazón que

quiere salir

pero soy duro con él,

le digo quédate ahí dentro, no voy

a permitir que nadie

te vea.

hay un pájaro azul en mi corazón que

quiere salir

pero yo le echo whisky encima y me trago

el humo de los cigarrillos,

y las putas y los camareros

y los dependientes de ultramarinos

nunca se dan cuenta

de que esté ahí dentro.

hay un pájaro azul en mi corazón que

quiere salir

pero soy duro con él,

le digo quédate ahí abajo, ¿es que quieres

hacerme un lío?

¿es que quieres

mis obras?

¿es que quieres que se hundan las ventas de mis libros

en Europa?

hay un pájaro azul en mi corazón

que quiere salir

pero soy demasiado listo, sólo le dejo salir

a veces por la noche

cuando todo el mundo duerme.

le digo ya sé que estás ahí,

no te pongas

triste.

luego lo vuelvo a introducir,

y él canta un poquito

ahí dentro, no le he dejado

morir del todo

y dormimos juntos

así

con nuestro

pacto secreto

y es tan tierno como

para hacer llorar

a un hombre, pero yo no

lloro,

¿lloras tú?

Versión de Rafael Díaz Borbón

Pobreza

es el hombre que tú nunca has visto quien

te mantiene alerta,

el que ha de venir

algún día.

él no se encuentra en las calles o

en los edificios o en los

estadios,

o si está allá

lo he pasado por alto de algún modo.

él no es uno de nuestros presidentes

u hombres de estado o actores.

me pregunto si se encuentra allí.

bajo las calles

paso delante de farmacias y hospitales y

teatros y cafés

y me pregunto si él se encuentra ahí.

he mirado casi durante medio siglo

y él no ha sido visto.

un hombre vivo, verdaderamente vivo,

digamos cuando desciende la mano

al encender un cigarrillo

ves sus ojos

como los ojos de un tigre mirando fijamente

al pasar en el viento.

pero cuando las manos bajan

es siempre los

otros ojos

los que están allá

siempre siempre.

y pronto será demasiado tarde para mí

y habré vivido una vida

con farmacias, gatos, sábanas, saliva,

periódicos, mujeres, puertas y otros surtidos,

pero en ninguna parte

un hombre vivo.

Versión de Rafael Díaz Borbón

Verdad

una de las mejores líneas de Lorca

es,

“agonía, siempre

agonía…”

piensa en esto cuando

mates una

cucaracha o

recojas un hoja para

afeitarte

despertando en la mañana

para

enfrentar el

sol

Zapatos

cuando eres joven

un par

de zapatos

femeninos

de tacón alto

inmóviles

solitarios

en el ropero

pueden encender

tus huesos;

cuando estás viejo

son sólo

un par de zapatos

sin

nadie

en ellos

y

también.

Versión de Rafael Díaz Borbón