Iza, Ana María
Poeta y periodista ecuatoriana nacida en Quito en 1942.
Suspendió los estudios universitarios para ingresar al Conservatorio Nacional de Música.
Formó parte de la selección de seis poetas ecuatorianos que aparecieron en “Young poetry of the American”,
edición de la Unión Panamericana, de Washington.
Obtuvo el Premio Nacional de Poesía “Ismael Pérez Pazmiño” convocado por el diario
“El Universo” de Guayaquil en los años 1967, 1974, 1984 y 1995.
Su obra poética está contenida en los siguientes volúmenes:
Pedazo de nada 1961, Los cajones del insomnio 1967, Puertas inútiles 1968, Heredarás el viento 1974,
Fiel al humo 1986, Reflejo del sol sobre las piedras 1987, Papeles asustados 1994, Herrumbre persistente 1995
El Mar
juega con la Botella
la desnuda
la enreda entre sus patas azules
le da vueltas
Trepa
las porosas rodillas de la playa
la mece
la ensucia
enrosca
-desenrosca-
salta al cuello
la bebe
El mar
brinda con la botella
le perturba
le entierra
desentierra
¡La Botella y el Mar!
Yo te recuerdo.
Cuando el río suena
Orinocos arrastra
Si al cruzar la cola de un astro
llueve cenizas
Sí espuman las rocas
sus verdes cristales
me siento y escribo
Cuando arde la casa
prendidas las sombras
estalla el silencio
abierto alarido
Si un nombre sin nombre
a mi boca sube
un ruego
una súplica
y nadie responde
entonces mal-digo.
A usted que malsonó
va sonando mi verso
Recuerdo de usted su lejanía
Lilaila Leililí Liliputiense
Mis piernas en sus ojos
y no las alcanzaba
Talvez olvidó correr mientras corría
Ocho su corazón hortiga
emerge sin bulla en este escándalo
cuando ladro como lora sin descanso
N0 sé que hacer con usted
dónde esconderle
No sé si me comprende pero se que me rabia
No sé si me bebe entera con el vino
No sé si usted me escupe
y le caigo en la cara
¿Recuerdas
cuando era el teléfono un pájaro
cantando en el alambre… ?
Nunca creíste
que sólo se trataba de un vil artefacto.
Eras insoportable.
Por eso hasta quisiste un lunes
regalarte.
Tenías la mirada llena de barcos.
Dabas de comer
a los perros del parque
y te sabías de memoria el número
de árboles,
a fuerza de ser viento,
de ser hoja,
de husmear
no sé qué estrella entre las ramas.
Eras
un raro espécimen,
una degeneración futura,
un grifo siempre yéndose,
ya ni sé qué decirte,
eras
algo bastante feo que me gustaba.
Te pregunto,
por preguntarte,
porque sí,
porque llueve
y algún entremetido te ha empujado:
¿Qué harías si te dejara libre,
si de un manotón quitara la montaña …?
De ley
irías a refugiarte en la ternura,
a estrellarte en el borde de un retrato.
A escabar en el suelo un sucio anillo
del que nacieron rosas,
lombrices,
telarañas.
Tú,
siempre serás tú.
No habrá abracadabra que te cambie.
No habrá
reencarnación que te libre del lodo de los sueños.
No habrá forma
de librarse de ti
ni estrangulándote.
Oye:
no vayas
a suicidarte.
Me es indispensable tu presencia:
triste,
desafiante.
Terminada en punta
-como una hoja-
detrás de la ventana.
Tus ojos
golondrinas con Sede
en la sed de Miss ojos
De sed en sed
los busco
y
el
a
gua
no
aparece
A B R E T U S A L A S
A Francisco Febres Cordero
Volver a caminar
sobre las células
mejor que andar sobre la luna
Libertos
Libertinos
ricos
ricas
pobres pobras
cualquier rato los pasos
se nos pierden
¿No meditan
no se asustan no se atragantan?
De hacerlo
no sabrían dónde meterse
a quien abrazar fuerte
hacia donde correr gritando
no me dejes
no te vayas no me vaya
Se está muy bien aquí
entre nosotros
en confianza
golpeándonos amándonos riendo
comiendo no comiendo soportándonos
Mañana ya es otro día
y ahí no alcanzamos todos
Mañana otro señor
otro truco otra maniobra
Otro número
que no es el de nosotros
Me filtro a empellones
me acoso a empujones
carrusel de confusiones
y remezones
Me codeo con los masones
detesto los blasones
No se trata de terminar en nones
ni de otra cosa más seria y profunda
que escribir a saltos y a brincos
a hurtadillas
como los ladrones
Hilando fino
I
La lluvia de los precios evapora la enagua
noventa por ciento para la dueña del cuerpo
los diez sobrantes para el cuerpo de la dueña
Correntada incalculable
Telas de confusión al aire libre
hilo a hilo van hilando largo
Se pegan los motivos a los ojos
de los ojos pasan a la sangre
los estampados de la feria giran
de la sangre a las manos
Dicen que es una ganga
pero en río revuelto ganancia de PECADORES
No sé si en Europa las casas
de dulces asas
Fontanas de alegres anas
íngrimas destartaladas doblen sus alas
Pero en América
un pedazo de casa anotó en una hogaza:
“Si mi negrito viviera otro gallo me cantara”
“El precio del tafetán por las nubes…
qué haré para alcanzarlo…?”
“Victoria me regaló una bufanda…”
“Ayer murió el presidente… ni siquiera
los políticos se salvan…”
“Querida Helen te dejo mi sortija..
guárdala…”
Patas de moscas percudidas vagan mi alma.
En perfectas escuadras de belleza
los pájaros invaden la tarde con sus alas.
La cintura del viento
se retuerce
en los brazos fornidos de los árboles
y suspiran las hojas débilmente
por los besos que crujen en las ramas.
Es sábado.
No me hace falta más para sentirme libre
en un mundo de esclavos.
a José V. Riccio L.
(duerme… )
Las compañeras del tercero “E”
anotaban las citas:
X y Y en La Pradera
Z y C en el cinema
J y A en el cementerio
Tú José
Yo Ana
¿Te parecen crueles José las compañeras..?
Cruel la vida crudísima certera
Al jardín del olvido te seguía
mi ramito uniformado de tristeza
Han pasado más siglos que en la Historia
Crecimos
Reciclamos
Círculos círculos círculos
hasta que se abra el suelo
Tú el primer beso
El primer extramuro
Tu piel se hizo ceniza
pero no tu verdad
José
la vida no te alcanzó a matar
Mi boca discípula de tu boca
Te fuiste
sin saber esa Buena Noticia
En las nieves mayúsculas
apareció tu beso
me lavó el rostro
me acarició el cabello
me dió la mano
Me echó a andar
I
El Bolero de la Libertad
por mí cantado
en cantata Mayor líricayleja
Sin instrumentos de aire a la sordina
como canta el viajero que se aleja
Con qué Amor
pasión inusitada
Ronca Bronca Brava
Con qué agallas
con la emoción del ciego
De repente frente al mar sus ojos miran
y otro océano le crece aguas adentro
II
Canto a la libertad sin policías
del lenguaje
que a la cárcel de la forma y del fondo
me envíen
-celdas de humo extrañas a mis células-
Resisto y aún resisto
las marejadas de la sal hirviente
Para llegar al fin canta que canta
la sémola del trigo de mis huesos
Mi canto a la libertad manera de evadirme
de tantos trece sietes.
Sofisticada
por decir tres uno uno uno
Por temor a las patas de gallo
nunca reía
Prefirió la expresión de las estatuas
a la sonrisa
Jamás lavó platos
ni fregó ropa
Tampoco suyo el nombre
del Rey de “La Rodina”
Caja de nácar
envase’ de agua fría
concha perla sin llanto ni vida
No quise detenerte
pensaste que era el viento
fa fuerza de gravedad que te empujaba
Y era el impulso mío
la sed de lo que parte
Bien puede ser
el sol tras la montaña
o la montaña en sombra desteñida
la ciudad que se esfuma en la ventana
la estela en barco convertida
el olor de los muelles
la hora cero
la caída del Dios que nos levanta
La dulzura de las manos solas
la mancha
en los pañuelos blancos
No quise detenerte
me gustabas por agua
Llévate el lobo azul
Déjame el lila pálido
Montaña:
sin aldabas
sin noticias
sin absurdos prejuicios
sin tarados
sin letreros que todo lo prohiben
sin niños limpiadores de zapatos
Amo tu soledad
tus campos verdes
el aire limpio que a vivir contagia
la libertad del pájaro que vuela
la paz del gusano que se arrastra.
Quédate donde estás
ningún viento te mueva
quédate lo más lejos del poblado
Yo que ante la vida misma no me inclino
y de la negra tierra me levanto
ante tus plantas humildes me arrodillo
y ante tu altar sin mitos me descubro
mientras las nubes pasan
La Princesa extendía la mano
y la piel de la nutria sus encantos
nutría
La piel del perfume la piel de la perla
la piel de los hombres
Talla diez
soñaba alcanzar la ocho
desde el suceso de su llegada
con sus desnudos y broncíneos ojos
Pasarela
dictó la moda a sus vasallas
sus modos sus texturas sus maneras
Impuso de tributo su belleza
La Princesa en el Reino de este mundo
paseó su clase
De un salto
desde el piso más alto de la tierra
se hizo humo.
A la Dra. Gloria Paz de Cabezas
Ni el rayo, ni la rosa, ni la roca
ni la rata, ni el radar, ni el remo
detuvieron el rodar de su camino
sus ansias de volar…
No se detuvo en seco a preguntar
por qué crujen las ramas
por qué es así la vida.
Las ramas son las ramas y la vida es la vida.
Por referencias supo de la ternura
en revistas prestadas conoció una ciudad
¡Cómo serán los hombres en Ganimedes!
y si en la tierra existen,
¿dónde están….?
No me encuentro no me hallo
no sé
No me resisto
debe ser el calor talvez el frío
No me trago no me paso
parezco mi enemigo
Me pregunto por mí si alguien me ha visto
Jim Morrison me alcanza
con su disco irrompible
Quisiera pedir disculpas
sentarme en la última banca
apagarme como foco
tirar en el ring la toalla
No sé qué hacer con usted
dónde esconderle
No sé sí me comprende pero sé que me rabia
No sé sí me bebe entera con el vino
No sé sí usted me escupe
y le caigo en la cara
A Greta Carbo V.
De pie
como la espina inextinguible
a pesar del insecticida del gusano
y esas larvas larvisísimas
con pestañas sonrisas y zapatos
Se perdona lo que no se olvida
Únicamente los muertos han olvidado
El olvido es un señor con lentes
de aumento aumentados
Como la rosa tiene derecho al día
la mujer ha devolver
lo que el hombre ha sembrado
Quemó sus naves
timbró su hora
de salida
sin retro
sin retroacción
sin disyuntivas
A veces
se prolongan los restos
del naufragio
sin un negocio de baratijas
Si todas las mujeres vendieran
y compraran
otro gallo cantaría la cartilla
De todos modos
las gardenias marcan sus hitos
entre las cordilleras de la sabana
de la injusticia
Verídica la sal
pis0teada
por impúdicas leoninas
El hielo taladre sus talones
mantenga a raya sus cenizas
El Bajo Beirut le invada
sin armisticios.
Luna
redoma de metales lunáticos
donde extraigo herrumbres persistentes
salvadora de mis arcos
marcadora de penaltys
Dame el gol circunferencia estoica
que demuela la valla del poniente
Rulimán del molino del espacio
de la máquina hacedora de luceros
Luna
hermosa como ninguna
Y tan sola
Usted
cabeza sin cabeza
idea descabellada
imprudencia de mis imprudencias
raíz de mis sonrisas
juguete de cristal
junto al martillo
Cosas
qué sólo a mí me suceden
y en las películas
“África Mía”
Hombre invisible
de palabras y gestos invisibles:
cómo me dueles
cruzas
con tus grifos abiertos
por mi sed sin sentido