Prévert, Jacques

Prévert, Jacques (1900-1977)

Poeta y guionista francés nacido en Paris en 1900.

Abandonó la escuela a los catorce años y después de permanecer por corto tiempo en la Marina, se ocupó en diversos oficios mientras desarrollaba el gusto por la poesía. Ingresó al grupo surrealista en 1926 y se separó a raíz de la crisis señalada por el Segundo Manifiesto de Breton en 1929. A partir de 1935, después de una experiencia teatral, compuso canciones famosas, se apasionó por el cine y redactó varios guiones de películas para Marcel Carné. Fue después de la guerra cuando encontró el éxito más grande con la aparición de la colección “Palabras” en 1945.

Se mantuvo siempre hostil hacia todas las fuerzas de opresión social, testimoniando su afecto y su compasión para la clase humilde.

Dedicó el fin de su vida a su actividad de libretista, y dio muestras de su humor en textos como “Fárrago” y “Choses et autres” en 1972.

Falleció en 1977.

Arenas movedizas

Demonios y maravillas
Vientos y mareas
A lo lejos ya el mar se ha retirado
Y tú
Como un alga dulcemente acariciada por el viento
En las arenas del viento te agitas entre sueños
Demonios y maravillas
Vientos y mareas
A lo lejos ya el mar se ha retirado
Pero en tus ojos entreabiertos
Han quedado dos pequeñas olas
Demonios y maravillas
Vientos y mareas
Dos pequeñas olas para ahogarme.

Versión de Enrique Uribe White

Canción para dos caracoles que van a un entierro

Al entierro de una hoja seca
se van dos caracoles
tienen la concha oscura
crespón llevan de moño
bajo los arreboles
se fueron sin premura
una tarde de otoño

Cuando llegaron era
ay ya la primavera
todas las hojas secas
habían resucitado
y cada caracol
se sintió muy frustrado
mas aparece el sol
el sol que apenas nace
les habla y así empieza
sentaos aquí si os place
un vaso de cerveza
tomárselo en un tris
mas si lo preferís
tomad quizá os aguarde
el bus para París
partirá por la tarde
veréis a vuestro antojo
la campiña feliz
sin luto así me alegro
lo digo sin sonrojo
porque el luto de negro
pone el blanco del ojo
y lo vuelve a uno feo
esos cuentos de féretros
oírlos no deseo
por ser de triste género
revestid por favor
de la vida el color
luego animal y bestia
los árboles las plantas
entonaron con brío
perdiendo la modestia
forzando las gargantas
la canción del estío
como el calor les arde
brinda todo el gentío
es una linda tarde
linda tarde de estío
y los dos caracoles
se van a casa en fila
se van sin desencanto
dichosos los alcoholes
como bebieron tanto
vacilan un poquito
desde el cielo infinito
la luna los vigila.

Versión de Enrique Uribe White

Desayuno

Echó café
en la taza.
Echó leche
en la taza de café.
Echó azúcar
en el café con leche.
Con la cucharilla
lo revolvió.
Bebió el café con leche.
Dejó la taza
sin hablarme.
Encendió un cigarrillo.
Hizo anillos
de humo.
Volcó la ceniza
en el cenicero
sin hablarme.
Sin mirarme
se puso de pie.
Se puso
el sombrero.
Se puso
el impermeable
porque llovía.
se marchó
bajo la lluvia.
Sin decir palabra.
Sin mirarme.
Y me cubrí
la cara con las manos.
Y lloré.

El arroyo

Ha pasado mucha agua bajo los puentes
y enormes cantidades de sangre
Pero a los pies del amor
corre un gran arroyo blanco
Y en los jardines de la luna
en los que cada día se celebra tu fiesta
ese arroyo canta mientras duerme
Y esa luna es mi cabeza
donde gira un enorme sol azul
Y ese sol son tus ojos

De “Histoires”

Versión de Aldo Pellegrini

El escolar perezoso

Dice no con la cabeza
pero dice sí con el corazón
dice sí a lo que quiere
dice no al profesor
está de pie
lo interrogan
le plantean todos los problemas
de pronto estalla en carcajadas
y borra todo
los números y las palabras
los datos y los nombres
las frases y las trampas
y sin cuidarse de la furia del maestro
ni de los gritos de los niños prodigios
con tizas de todos los colores
sobre el pizarrón del infortunio
dibuja el rostro de la felicidad.

De “Paroles”
Versión de Aldo Pellegrini

El fusilado

Las flores los jardines las fuentes las sonrisas
Y la alegría de vivir
Un hombre está caído y bañado en su sangre
Los recuerdos las flores las fuentes los jardines
Los sueños infantiles
Un hombre está caído como un bulto sangriento
Las flores las fuentes los jardines los recuerdos
Y la alegría de vivir
Un hombre está caído como un niño dormido.

De “Histoires”
Versión de Aldo Pellegrini

En la tienda de la florista

Un hombre entra en la tienda de la florista
y elige flores
la florista envuelve las flores
el hombre se lleva la mano al bolsillo
para buscar el dinero
el dinero para pagar las flores
pero al mismo tiempo se lleva
súbitamente
la mano al corazón
y cae

Al mismo tiempo que cae
el dinero rueda por el suelo
y también las flores caen
al mismo tiempo que el hombre
al mismo tiempo que el dinero
y la florista se queda allí
ante el dinero que rueda
ante las flores que se marchitan
ante el hombre que se muere
sin duda todo es muy triste
es necesario que la florista
haga algo
pero no sabe qué hacer
no sabe
por dónde empezar

Hay tantas cosas por hacer
con ese hombre que se muere
esas flores que se marchitan
y ese dinero
ese dinero que rueda
que no deja de rodar.

De “La pluie et le beau temps”
Versión de César Rojas



Las hojas muertas

Oh, me gustaría tanto que recordaras
Los días felices cuando éramos amigos…
En aquel tiempo la vida era más hermosa
Y el sol brillaba más que hoy.
Las hojas muertas se recogen con un rastrillo…
¿Ves? No lo he olvidado…
Las hojas muertas se recogen con un rastrillo
Los recuerdos y las penas, también.
Y el viento del norte se las lleva
En la noche fría del olvido
¿Ves? No he olvidado
la canción que tú me cantabas.

Es una canción que nos acerca
Tú me amabas y yo te amaba
Vivíamos juntos
Tú, que me amabas, y yo, que te amaba…
Pero la vida separa a aquellos que se aman
Silenciosamente sin hacer ruido
Y el mar borra sobre la arena
El paso de los amantes que se separan.

Las hojas muertas se recogen con un rastrillo.
Los recuerdos y las penas, también.
Pero mi amor, silencioso y fiel
Siempre sonríe y le agradece a la vida.
Yo te amaba, y eras tan linda…
Cómo crees que podría olvidarte?
En aquel tiempo la vida era más hermosa
Y el sol brillaba más que hoy
Eras mi más dulce amiga,
Mas no tengo sino recuerdos
Y  la canción que tú me cantabas,
¡Siempre, siempre la recordaré!

Nubes

Yo fui a buscar mi tricota de lana y el cabrito me siguió
el gris
no desconfía como el grande
es todavía demasiado pequeño

También ella era demasiado pequeña
pero algo ya en ella se manifestaba tan viejo como el mundo
Ya
conocía cosas atroces
por ejemplo
que hay que desconfiar
Y ella miraba al cabrito y el cabrito la miraba
y entonces le venían ganas de llorar
Es como yo
decía
un poco triste y un poco alegre
Y después la iluminó una gran sonrisa
y la lluvia comenzó a caer

De “La pluie et le beau temps”
Versión de Aldo Pellegrini



Para Bárbara

Acuérdate Bárbara
Llovía sin cesar en Brest aquél día
Y marchabas sonriente
Dichosa embelesada empapada
Bajo la lluvia

Acuérdate Bárbara
Llovía sin cesar en Brest
Y me crucé contigo en la calle de Siam
Sonreías
Y yo también sonreía

Acuérdate Bárbara
Tú a quién yo no conocía
Tú que no me conocías
Acuérdate
Acuérdate pese a todo aquél día
No lo olvides

Un hombre se cobijaba en un portal
Y gritó tu nombre
Bárbara
Y corriste hacia él bajo la lluvia
Empapada embelesada dichosa
Y te echaste en sus brazos

Acuérdate de eso Bárbara
Y no te ofendas si te tuteo
Yo tuteo a todos los que amo
Aunque los haya visto sólo una vez
Tuteo a todos los que se aman
Aunque no los conozca

Acuérdate Bárbara
No olvides
Esa lluvia buena y feliz
Sobre tu rostro feliz
Sobre esa ciudad feliz
Esa lluvia sobre el mar
Sobre el arsenal
Sobre el banco d’Ouessant

Oh Bárbara
Menuda estupidez la guerra
Qué has llegado a ser ahora
Bajo esta lluvia de hierro
De fuego de acero de sangre
Y el hombre aquel que te estrechaba entre sus brazos
Amorosamente
Quizás ha muerto o desaparecido o vive todavía

Oh Bárbara
Llueve sin cesar en Brest
Como solía llover en otro tiempo
Pero no es lo mismo y todo está estropeado
Es lluvia desconsolada de duelo espantoso
Ni siquiera es ya tormenta
De hierro de acero de sangre
Simplemente nubes
Que revientan como perros
Perros que desaparecen
En el remanso de Brest
Y van a pudrirse lejos
Lejos muy lejos de Brest
Donde ya no queda nada.

De “Paroles”
Versión de C. Deplois



Para reír en sociedad

El domador puso su cabeza
en la boca del león
yo
yo puse solamente dos dedos
en la garganta del Bello Mundo
No tuvo tiempo
de morderme

Muy sencillamente
vomitó rugiendo
un poco de esa bilis de oro
a la que es tan afecto
Para que esa jugarreta resulte
útil y divertida
lavarse los dedos
cuidadosamente
en una pinta de buena sangre

A cada uno con su circo

De “Spectacle”
Versión de Aldo Pellegrini



Para ti, mi amor

Fui al mercado de pájaros
y compré pájaros
Para ti
mi amor
Fui al mercado de flores
y compré flores
Para ti
mi amor
Fui al mercado de chatarra
y compré cadenas
Pesadas cadenas
Para ti
mi amor
Después fui al mercado de esclavos
Y te busqué
Pero no te encontré
mi amor.

De “Paroles”
Versión de Claire Deloupy

Todo se iba…

Había mujeres débiles,
y además mujeres fáciles
y mujeres fatales
que lloraban gritaban sollozaban
delante de hombres de paja
que ardían
Niños extraviados corrían por calles en ruinas
muy pálidos al saber que nunca más volverían a encontrarse
Y jefes de familia
que ya no distinguían el suelo del techo
revoloteaban de un piso al otro
en una lluvia de felpudos de lámparas de cucharillas y de plumones
Todo se iba
La ciudad se desmoronaba
bullía
se desmenuzaba
y giraba sobre sí misma
sin que pareciera moverse
Unos cerdos negros cegados
en la súbita oscuridad
de una pocilga moderna en desuso
galopaban
La ciudad se iba
sudando sangre yagua
envases de gas reventados
Los que sólo soñaron en heridas y golpes
se despertaban
decapitados
habiendo perdido peines y cepillos
y otras cositas mundanas
Una boda muy negra muerta de pie
desde el padrino hasta los novios
conservaban un equilibrio de ceniza petrificada
frente a un fotógrafo
torrado aterrado
Ruinas recientes totalmente nuevas
homenaje de guerra
juegos de rompecabezas
ganancias y pérdidas
leña y carbón
En l0 que quedaba de una casa de obreros
una tortilla abandonada
colgaba como ropa vieja
sobre un ventanal roto
y en las migajas de un viejo lecho calcinado mezcladas con el
serrín gris de un armario volatilizado
la carne humana se incorporaba al asado de carne comestible

En las bambalinas del progreso
hombres íntegros proseguían integralmente la desintegración
progresiva de la materia viva
desamparada.

De “La pluie et le beau temps”
Versión de Aldo Pellegrini