Hahn, Oscar

Reseña biográfica

Poeta y ensayista y crítico chileno nacido en Iquique en 1938.

Estudió Pedagogía en la Universidad de Chile. Fue profesor de Literatura en la Universidad de Arica

y posteriormente se radicó en EE.UU. donde se ha dedicado a la docencia, inicialmente en la Universidad de Maryland

y actualmente en la Universidad de Iowa.

Su obra poética se inició en 1961 con «Esta rosa negra», al que le siguieron, «Agua final» en 1967, «Arte de morir» en 1977,

«Mal de amor» en 1981, «Imágenes nucleares» en 1983, «Flor de enamorados» en 1987, «Estrellas fijas en un cielo blanco»

en 1989, «Versos robados» y «Antología virtual» en 1996. Obtuvo el Premio Alerce de la Sociedad de Escritores de Chile

y el Premio Municipal de Santiago.

Algunos de sus libros han sido traducidos al inglés.

666 reencarnación de los carniceros

Y vi que los carniceros al tercer día,

al tercer día de la tercera noche,

comenzaban a florecer en los cementerios

como brumosos lirios o como líquenes.

Y vi que los carniceros al tercer día,

llenos de tordos que eran ellos mismos,

volaban persiguiéndose, persiguiéndose,

constelados de azufres fosforescentes.

Y vi que los carniceros al tercer día,

rojos como una sangre avergonzada,

jugaban con siete dados hechos de fuego,

pétreos como los dientes del silencio.

Y vi que los perdedores al tercer día,

se reencarnaban en toros, cerdos o carneros

y vegetaban como animales en la tierra

para ser carne de las carnicerías.

Y vi que los carniceros al tercer día,

se están matando entre ellos perpetuamente.

Tened cuidado, señores los carniceros,

con los terceros días de las terceras noches.

 

 

A mi bella enemiga

No seas vanidosa amor mío

porque para serte franco

tu belleza no es del otro mundo

Pero tampocoo es de éste.

 

 

Anotaciones en el diario de Rimbaud

I. África, 1880 – 1891

He llegado hasta aquí navegando por el Mar Rojo

después de darle muerte al indeseable

Tenía 20 años y era una de las vírgenes locas

Adén es el cráter de un volcán apagado

sin una brizna de pasto sin una gota de agua

No hay nada que ver o tocar excepto lava y ceniza

Monté en mi caballo y atravesé las arenas de Somalia

Ahora me encuentro en Harar la ciudad prohibida

Le llevé rifles y municiones al rey de Soa

pero no me pagó lo convenido el muy cabrón

Me han brotado várices en la pierna

Me duelen mucho y no me dejan dormir

Mientras me afeitaba frente al espejo

vi que el indeseable estaba detrás de mí

con el pelo teñido y las cejas depiladas

Me di vuelta de golpe pero no había nadie

En el desierto los espejismos se burlan de nosotros

Yo me burlo de los espejismos

Me dicen que la pierna se ha gangrenado

que tengo mucha fiebre que debo salir de aquí

Los nativos hicieron una litera de lona

y me cargaron los 300 kilómetros

que separan las montañas de Harar y el puerto de Zeila

II. Hospital de Marsella 1891

Vuelvo a mi país después de 16 años de ausencia

Parezco un esqueleto y la gente se asusta de mí

Las mujeres cuidan a los feroces inválidos

que retornan de lugares tórridos

Hoy me amputaron la pierna derecha

La vida es un horror interminable

No sé para qué nos empeñamos en seguir viviendo

El Esposo Infernal se me apareció en un sueño

Tenía un rosario entre los dedos

Tres horas más tarde Dios fue negado

y sus 98 heridas empezaron a sangrar

He tratado de caminar con muletas

pero no he podido avanzar ni un centímetro

Yo que atravesé montañas y desiertos

ríos y mares ciudades y reinos

y a quien llamaban el suelas de viento

Los curas no quieren darme la comunión

Temen que me atragante con la carne de Cristo

Desde mi cama vi la silueta del indeseable

Venía caminando con la pierna que me cortaron

y traía un barco de papel en la mano

Tú estás muerto le dije furioso

Y él dijo: “Yo estoy vivo el muerto eres tú

Pondrás el barco de papel en ese charco de agua

y llegarás a donde nunca has llegado”

 

 

Cafiche de la muerte

Cómo carne de cóndores hirvientes

o de tordos quemados como cresta

del rojo al negro se cambió la fiesta

y en silencio se fueron los clientes.

Se nos vació no más todo el prostíbulo

se vaciaron las camas y los bares

y todas las que estábamos de a pares

sollozamos de a una en el vestíbulo.

Por el pasillo viene la señora

siempre tan maternal siempre a la hora

con su taza de té y un trago fuerte.

Para qué te moriste desgraciado.

Mira mi pobre cuarto desolado

tipo traidor: cafiche de la muerte.

 

 

Canis familiaris

Llegará. Siempre llega. Siempre llega puntual

el sin cesar ladrido del perro funerario.

Entra por la ventana y repleta tu cuerpo

con puntiagudos ruidos.

Es una larga máquina de escribir, con cabezas

de perro como teclas. No te deja dormir

el tecleo canino de ese perro canalla.

El sin cesar ladrido del perro funerario

llegará. Siempre llega. Siempre llega puntual.

 

 

Ciudad en llamas

Entrando en la ciudad por alta mar

la grande bestia vi: su rojo ser

Entré por alta luz por alto amor

entréme y encontréme padecer

Un sol al rojo blanco en mi interior

crecía y no crecía sin cesar

y el alma con las hordas del calor

templóse y contemplóse crepitar

Ardiendo el más secreto alrededor

mi cuerpo en llamas vivas vi flotar

y en medio del silencio y del dolor

hundióse y confundióse con la sal:

entrando en la ciudad por alto amor

entrando en la ciudad por alta mar

 

 

De cirios y de lirios

El lirio azul el lirio fucsia el lirio

de color colorado el lirio triste

con pétalos de cera se reviste

y va a la fiesta convertido en cirio

En cirio gris en cirio negro en cirio

de las aguas sin luz en cirio triste

que al llegar de la fiesta se desviste

y vuelve a ser en el jardín un lirio

O este espejo se está poniendo viejo

o lo que estoy mirando es un delirio

dice la flor hablándole al espejo

Adentro del azogue brota un cirio

y al tiempo que se enciende su reflejo

al fondo del jardín se apaga un lirio

 

 

El hombre

Emergió de aguas tibias

y maternales

para viajar a heladas

aguas finales.

A las aguas finales

de oscuros puertos

donde otra vez son niños

todos los muertos.

 

En una estación del metro

Desventurados los que divisaron

a una muchacha en el Metro

y se enamoraron de golpe

y la siguieron enloquecidos

y la perdieron para siempre entre la multitud

Porque ellos serán condenados

a vagar sin rumbo por la estaciones

y a llorar con las canciones de amor

que los músicos ambulantes entonan en los túneles

Y quizás el amor no es más que eso:

una mujer o un hombre que desciende de un carro

en cualquier estación del Metro

y resplandece unos segundos

y se pierde en la noche sin nombre

 

 

Escrito con tiza

Uno le dice a Cero que la nada existe

Cero replica que uno tampoco existe

porque el amor nos da la misma naturaleza

Cero mas Unos somos Dos le dice

y se van por el pizarrón tomados de la mano

Dos se besan debajo de los pupitres

Dos son Uno cerca del borrador agazapado

y Uno es Cero mi vida

Detrás de todo gran amor la nada acecha.

 

 

Estrellas fijas en un cielo blanco…

Estrellas fijas en un cielo blanco,

son los bellos sonetos pues no giran

en torno de orbe alguno

ni han rotado sus densas masas de catorce cifras

No reflejan la luz del sol tampoco

pero irradian su propia luz de adentro

Y en el albor parecen en reposo

o muertos cuyas tumbas son sus cuerpos

Y sin embargo las estrellas fijas

a veces bienhechoras o malignas

siempre de harta energía están cargadas

Y aunque hace miles de años extinguidas

su fulgor todavía nos alcanza

sea por vista o por astrología

 

 

Gladiolos junto al mar

Gladiolos rojos de sangrantes plumas

lenguas del campo llamas olorosas:

de las olas azules amorosas

cartas os llegan: pálidas espumas

Flotan sobre las alas de las brumas

epístolas de polen numerosas

donde a las aguas piden por esposas

gladiolos rojos de sangrantes plumas

Movidas son las olas por el viento

y el pie de los gladiolos van besando

al son de un suave y blando movimiento

y en cada dulce flor de sangre inerte

la muerte va con piel de sal entrando

y entrando van las flores en la muerte

 

 

Hipótesis celeste

I

Las catedrales azules del cielo esplenden en la noche

sin fin

y sus vitrales de colores dejan pasar la luz de otros

mundos

Tu locura mi cielo brilla en la noche estelar

De tu frente sin orden

se alza un arco iris que acaba en mi frente

Mi doncella de singular hermosura

duerme a la orilla de un arroyo celeste

Recostado en la hierba espacial

yace un joven de risueñas formas y colores

Su figura de ojos instantáneos

se eleva sin mancha a plena luz

Y convertido en lluvia de oro

dora el cuerpo de la hermosa doncella

II

Tu cuerpo parecía moverse hacia cualquier lugar del

espacio

En medio de lo perecedero navega este astro sin luz

El cuerpo dio una vuelta completa alrededor de sus

polos

Diste un gran círculo alrededor del sol

según el orden de los signos

Las estrellas fijas parecían mecernos

pero se mantenían inmóviles

La tierra giraba contigo junto al aire circundante

Es preciso que el Cielo permanezca inmutable mi cielo

Es absolutamente necesario que no te muevas

ni un segundo-luz

El Sol real y el Sol irreal son uno y el mismo

me dijiste al oído

Retornan los astros a sus antiguas posiciones

y vuelven a alejarse querida

Repugna al orden del mundo que las cosas

estén fuera de su lugar natural

replicaste arreglándote el pelo

A los cuerpos simples

conviene un movimiento simple

murmuré penetrándote

En esto las esferas empezaron a rotar

en el aire vestido de hermosura y luz primera

Hace mucho tiempo que la tierra

saltó en pedazos mi amor

III

Ahora somos la luz

que se difunde en todas direcciones

y atraviesa los cuerpos opacos

Va fluyendo hacia el centro del universo

porque es la perfección de nuestros cuerpos

Cuando tu luz se multiplica un número infinito de

veces

mi materia se extiende en dimensiones infinitas

Nuestro cuerpo es llamado firmamento mi amor

Así procedió la luz en el principio

A extender la materia arrastrándola con ella

Nuestro amor infinito

es más largo que otros infinitos

 

 

Hotel de las nostalgias

Música de Elvis Presley

Nosotros

los adolescentes de los años 50

los del jopo en la frente

y el pucho en la comisura

los bailatines de rock and roll

al compás del reloj

los jóvenes coléricos

maníacos discomaníacos

dónde estamos ahora

que la vida es de minutos nada más

asilados en qué Embajada

en qué país desterrados

enterrados

en qué cementerio clandestino

Porque no somos nada

sino perros sabuesos

Nada

sino perros

 

Invocación al lenguaje

Con vos quería hablar, hijo de la grandísima.

Ya me tienes cansado

de tanta esquividad y apartamiento,

con tus significantes y tus significados

y tu látigo húmedo

para tiranizar mi pensamiento.

Ahora te quiero ver, hijo de la grandísima,

porque me marcho al tiro al país de los mudos

y de los sordos y de los sordomudos.

Allí van a arrancarme la lengua de cuajo:

y sus rojas raíces colgantes

serán expuestas adobadas en sal

al azote furibundo del sol.

Con vos quería hablar, hijo de la grandísima.

 

 

Lee, Señor mis versos defectuosos…

Lee, Señor mis versos defectuosos

que quisieran salir pero no salen:

ya ves que poco valen mis esfuerzos

y mis desdichas ay qué poco valen

Con tu ayuda saldrían universos

de palabras preñadas pero salen

débiles moribundos estos versos:

deja que el último suspiro exhalen

Ayúdame, Señor: que no zozobre

en la mitad de este terceto pobre

mira estas ruinas: palpa su estructura

dónales lo que tengas que donarles:

y la vida que yo no supe darles

dásela tú, Señor, con tu lectura.

De “Estrellas fijas en un cielo blanco” 1996

 

 

Mal de amor

No seas vanidosa amor mío

porque para serte franco

tu belleza no es del otro mundo

Pero tampoco de este.

 

 

Meditación al atardecer

Esta calle que baja dura una eternidad

Aquí se cuecen vivos los grandes pensamientos

Ha llegado la hora del descanso en que no se descansa

Cuando los perros creen en santas y en fantasmas

En este punto mi madre y mi hermana preguntaron sin voz

¿Y qué sabes tú de todo eso?

Me han enterrado dos veces este otoño mamá

En esto el huracán me separo las alas con violencia

y el ataúd se rompió.

¿Qué hace mi hermana en el bosque?

Su fantasma salió de mis propias cenizas

Mi espada quiere beber de su sangre

y centellea con ardiente deseo

Mi madre es un viento que seca los árboles frutales

Y qué sabes tú de todo eso preguntaron sin voz

Los niños y las amapolas son inocentes

hasta en su maldad recitaron en coro

Ahora oigo sonar sus viejas caras

Las de mi madre y las de mi hermana

La tierra tiene piel y esa piel padece enfermedades

replicaron llorando

Es cierto hijo que eres una noche de oscuras risas

¿De dónde sacas lo que vomitas?

Sal de tus profundidades oye

Ahora el sol me derrite y los perros me lamen la piel

Eres un charco de muerte en las pesadillas

de los condenados al sueño me gritaron las brujas

Soy un charco de sueño en las pesadillas

de los condenados a muerte queridas

En este punto volvieron a decirme sin voz

¿Y qué sabes tú de todo eso?

Váyanse al mismo diablo les dije

Esta calle que baja

no acaba nunca de bajar

 

 

Misterio gozoso

Pongo la punta de mi lengua golosa en el centro

mismo

del misterio gozoso que ocultas entre tus piernas

tostadas por un sol calientísimo el muy cabrón

ayúdame

a ser mejor amor mío limpia mis lacras libérame de

todas

mis culpas y arrásame de nuevo con puros pecados

originales, ya?

 

 

Ningún lugar está aquí o está ahí…

Ningún lugar está aquí o está ahí

Todo lugar es proyectado desde adentro

Todo lugar es superpuesto en el espacio

Ahora estoy echando un lugar para afuera

estoy tratando de ponerlo encima de ahí

encima del espacio donde no estás

a ver si de tanto hacer fuerza si de tanto hacer fuerza

te apareces ahí sonriente otra vez

Aparécete ahí aparécete sin miedo

y desde afuera avanza hacia aquí

y haz harta fuerza harta fuerza

a ver si yo me aparezco otra vez si aparezco otra vez

si reaparecemos los dos tomados de la mano

en el espacio

donde coinciden

todos nuestros lugares

 

 

Paisaje ocular

Si tus miradas

salen a vagar por las noches

las mariposas negras huyen despavoridas

tales son los terrores

que tu belleza disemina en sus alas

 

 

Para darle cuerda a la muerte

Cuando se me alborotan los espermios,

qué veo, qué veo, digo yo:

veo a mis pescaditos navegar por los úteros,

enamorados de cuanto óvulo cae.

Toma este matamoscas y extermina a los ángeles,

después con grandes uñas arráncales las alas.

Ya veo sus muñones, ya los veo arrastrarse:

desesperadamente tratan de alzar el vuelo.

Toma este insecticida. Oigo sus toses blancas

prenderse y apagarse. Una puesta de sol

o una puesta de ángeles es lo mismo sin duda

porque la noche ahora levanta su joroba

y ellos se van hundiendo lentamente en el suelo.

Levanta el pie despacio. Así mismo. Tritúralos

Que le saquen las plumas con agua hirviendo y pongan

esos cuerpos desnudos en las fiambrerías.

Ahora me van pasando sudarios de juguete

y ataúdes con cuerda. Ahora me van pasando

las cruces más pequeñas, para que se entretengan

los infantes difuntos. Pásame el insectario,

los alfileres negros. Toma este matamoscas

y extermina a los ángeles.

 

 

¿Por qué escribe usted?

Porque el fantasma porque ayer porque hoy:

porque mañana porque sí porque no

Porque el principio porque la bestia porque el fin:

porque la bomba porque el medio porque el jardín

Porque Góngora porque la tierra porque el sol:

porque San Juan porque la luna porque Rimbaud

Porque el claro porque la sangre porque el papel:

porque la carne porque la tinta porque la piel

Porque la noche porque me odio porque la luz:

porque el infierno porque el cielo porque tú

Porque casi porque nada porque la sed

porque el amor porque el grito porque no sé

Porque la muerte porque apenas porque más

porque algún día porque todos porque quizás

 

 

Sábana de arriba

Me instalé cuidadosamente doblado

entre la ropa blanca del closet

Sacaste las sábanas de tu cama

y me pusiste de sábana de arriba

Te deslizaste debajo de las tapas

y te cubrí centímetro a centímetro

Entonces fuimos barridos por el huracán

y caímos jadeando en el ojo de la tormenta

Ahora yaces bañada en transpiración

con la vista perdida en el cielo raso

y la sábana de arriba aún enredada entre las piernas.

 

 

Sociedad de consumo

Caminamos de la mano por el supermercado

entre las filas de cereales y detergentes

Avanzamos de estante en estante

hasta llegar a los tarros de conserva

Examinamos el nuevo producto

anunciado por la televisión

Y de pronto nos miramos a los ojos

y nos sumimos uno en el otro

y nos consumimos

 

 

Una noche en el café Berlioz

Yo he visto su cara en otra parte le dije

cuando entró en el Café Berlioz

Soy de otra dimensión contestó sonriendo

y avanzó hacia el fondo del salón

Ella finge escribir en su mesa de mármol

pero me observa de reojo

Desde mi mesa veo su cuello desnudo

Como un aerolito cruzó mi mente

el rostro de Muriel mi amante muerta

Usted es zurda le dije acercándome

Hacemos la pareja perfecta

Tomé su lápiz y escribí “te amo”

con mi mano derecha en la servilleta

Rey del lugar común respondió sin mirarme

mientras le echaba azúcar al té

Me ha clavado una estaca en el corazón

Me ha lanzado una bala de plata

Me ha ahorcado con una trenza de ajo

Volví confundido a mi mesa

con la cola de diablo entre las piernas

En este punto las sombras de los clientes

pagaron y se fueron del Café Berlioz

Váyanse espíritus les dije furioso

agitando mi paraguas chamuscado

¿Hay alguna Muriel aquí?

gritó la mesera desde el umbral

Cuando ella caminó hacia la puerta

vi que tenía una rosa en la mano

Por favor tráiganme la cuenta

que ya está por salir el sol

La lluvia penetra por los agujeros de mi memoria

Muriel Muriel

¿por qué me has abandonado?

 

 

Televidente

Aquí estoy otra vez de vuelta

en mi cuarto de Iowa City

tomo a sorbos mi plato de sopa Campbell

frente al televisor apagado

la pantalla refleja la imagen

de la cuchara entrando en mi boca.

Y soy el aviso comercial de mí mismo

que anuncia nada a nadie.

 

 

Tractatus de sortilegiis

En el jardín había unas magnolias curiosísimas, oye,

unas rosas re-raras, oh,

y había un tremendo olor a incesto, a violetas macho,

y un semen volando de picaflor en picaflor.

Entonces entraron las niñas en el jardín,

llenas de lluvia, de cucarachas blancas,

y la mayonesa se cortó en la cocina

y sus muñecas empezaron a menstruar.

Te pillamos in fraganti limpiándote el polen

de la enagua, el néctar de los senos, ves tú?

Alguien viene en puntas de pie, un rumor de pájaros

pisoteados, un esqueleto naciendo entre organzas,

alguien se acercaba en medio de burlas y fresas

y sus cabellos ondearon en el charco

llenos de canas verdes.

Dime, muerta de risa, adónde llevas

ese panal de abejas libidinosas.

Y los claveles comenzaron a madurar brilloso

y las gardenias a eyacular coquetamente, muérete,

con sus durezas y blanduras y patas

y sangre amarilla, aj!

No se pare, no se siente, no hable

con la boca llena

de sangre:

que la sangre sueña con dalias

y las dalias empiezan a sangrar

y las palomas abortan cuervos

y claveles encinta

y unas magnolias curiosísimas, oye,

unas rosas re-raras, oh.